En cifras anualizadas, el avance fue del 3,8%, lo que es su mejor marca en casi dos años y contrasta con el retroceso del 0,6% observado a principios de año. Esto supone, además, despegarse de la primera caída registrada en el PIB estadounidense desde el inicio de 2022, cuando bajó un 1% anualizado.
“El aumento del PIB real en el segundo trimestre fue producto, principalmente, de una disminución de las importaciones, que se restan del cálculo del PIB, y del incremento del consumo. Estos movimientos se vieron parcialmente compensados por la caída de la inversión y las exportaciones”, ha explicado el documento, según Europa Press.
En comparación con el primer trimestre, la salida de ‘números rojos’ se explica por las menores importaciones y por la aceleración del gasto de los consumidores. Sin embargo, la inversión sí se redujo.