El movimiento llega en un contexto de expectativas de relajación monetaria por parte de la Reserva Federal y de un dólar debilitado frente a las principales divisas, factores que históricamente favorecen el precio del oro.
El repunte del oro coincide con un escenario de dólar débil y expectativas de tipos más bajos en EEUU
El papel de la política monetaria
Los mercados descuentan que la Reserva Federal podría iniciar un ciclo de recortes de tipos a comienzos de 2026 si se confirma la moderación de la inflación y el enfriamiento del mercado laboral estadounidense. Esta expectativa reduce el atractivo de los bonos y eleva la demanda de activos sin rendimiento como el oro.
Los inversores anticipan un giro monetario en 2026 que aumentaría la demanda de oro como cobertura
La caída del dólar refuerza ese impulso al abaratar el metal en otras monedas, atrayendo a compradores internacionales.
Al cierre europeo, los futuros de diciembre en la Bolsa Comex subían 91,95 dólares respecto al cierre anterior, mientras el índice dólar retrocedía un 0,6%.
| Indicador | Valor | Variación |
|---|---|---|
| Precio oro (futuro dic.) | 4.101,75 dólares/oz | +2,29% |
| Cierre anterior | 4.009,80 dólares/oz | — |
| Último máximo (27 oct.) | 4.102,10 dólares/oz | — |
Demanda de refugio e inflación persistente
A la expectativa monetaria se suman las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y el repunte de la inflación energética, que mantienen viva la demanda de oro como cobertura ante la incertidumbre.
La combinación de inflación y tensiones internacionales refuerza la función del oro como activo refugio
Los bancos centrales también siguen reforzando sus reservas de oro, con China y Turquía entre los mayores compradores de 2025.
Según el Consejo Mundial del Oro, las compras netas de los bancos centrales superan ya las 800 toneladas en lo que va de año, un nivel similar al de 2022, cuando se alcanzó un récord histórico.
Perspectivas de mercado
Los analistas de mercado anticipan que el oro podría consolidarse por encima de los 4.000 dólares si se mantiene el escenario actual de inflación y debilidad del dólar. Sin embargo, advierten de que una postura más agresiva de la Fed o un repunte inesperado de los rendimientos del Tesoro podrían frenar la escalada.
El mercado prevé que el oro se mantenga fuerte mientras la Fed no endurezca su política
El metal mantiene así una correlación inversa con el dólar y los bonos estadounidenses, y se perfila como un activo clave para los fondos que buscan diversificación en un contexto de volatilidad.
Las previsiones a corto plazo apuntan a una franja de cotización entre los 4.050 y 4.150 dólares por onza en noviembre, con posibilidad de nuevos máximos si persisten las compras institucionales.
Un activo que refleja la incertidumbre global
El oro vuelve a situarse en el centro de la atención de los mercados. Su avance no solo refleja las tensiones geopolíticas o las expectativas sobre los tipos de interés, sino también la pérdida de confianza en los activos tradicionales. En un escenario de deuda creciente y tensiones económicas, el metal reafirma su papel como termómetro de la estabilidad global.







