Un estudio muy minucioso y potable lo mismo desde el punto de vista académico como práctico, de obligada lectura y análisis para todo aquel que se interese por un tema que ya presenta en la sociedad sus efectos negativos e irreparables si no se actúa con tino e inteligencia.
A modo de bocadillo, cito un fragmento:
“Puede afirmarse que el cubano es un ´migrante perfecto´. Se trata de personas mayormente jóvenes, en plena capacidad laboral y reproductiva, bastante bien preparada para insertarse en el mercado laboral internacional, con recursos económicos o la asistencia necesaria para enfrentar los costos de la travesía, sin restricciones para emigrar por parte de Cuba y por lo general bien aceptadas en los países receptores, especialmente Estados Unidos, donde han sido objeto de un tratamiento particularmente bondadoso que no ha recibido ningún otro grupo inmigrante que haya arribado a ese país”.
En honor a la verdad, ignoro qué podría opinar un homólogo de Arboleya. De lo que sí estoy convencido de que cualquier humano común, gente de a pie, afirmará con todo rigor callejero que en su exposición colocó todas las cartas sobre la mesa, que no hubo ninguna oculta bajo la manga.
