De su lado, el índice subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, cerró el cuarto mes de 2025 con un incremento del 2,8%, sin cambios y menor marca desde marzo de 2021.
Así, los víveres se encarecieron un 2,8%, mientras que los productos energéticos fueron en abril un 3,7% más baratos que doce meses antes.
En tasas mensuales, recoge Europa Press, la variable general del IPC abandonó terrenos negativos al subir un 0,2% frente al retroceso previo de una décima, al tiempo que la subyacente repuntó una décima, hasta el 0,2%.
Las lecturas de abril podrían condicionar la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ya que el dato general apuntaría a un desenquistamiento de la inflación, pero no así el subyacente.