La ministra Sara Aagesen ha mantenido este miércoles una reunión con las tres principales asociaciones de víctimas de la DANA del pasado 29 de octubre. El encuentro, celebrado en la sede de la Delegación del Gobierno en València, ha servido para presentar las líneas maestras del nuevo plan y recoger las propuestas de los afectados.
El objetivo del plan es reforzar la capacidad del territorio para hacer frente a inundaciones cada vez más frecuentes y devastadoras, impulsadas por el avance del cambio climático.
530 millones para un territorio más preparado
El plan de resiliencia contempla una inversión de 530 millones de euros, orientada a mejorar la respuesta del territorio ante episodios de lluvias torrenciales como los registrados durante la DANA de octubre. Según ha comunicado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, las acciones previstas se dividen en tres grandes ejes:
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Reformas normativas que actualicen la regulación vigente para adaptarla al nuevo contexto climático.
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Cartografía de riesgos actualizada, que refleje con mayor precisión las zonas vulnerables.
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Actuaciones hidráulicas estructurales, como la mejora de cauces, infraestructuras de drenaje y sistemas de alerta temprana.
El plan busca anticiparse a los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad de la ciudadanía frente a eventos extremos
Escucha activa a las víctimas de la DANA
Durante la reunión, Aagesen destacó la importancia de incorporar la voz de las víctimas en el diseño de las políticas públicas. “Es fundamental contar con la experiencia de quienes han vivido en primera persona las consecuencias de las inundaciones para construir soluciones eficaces y realistas”, aseguró.
Las asociaciones de víctimas valoraron positivamente el encuentro y la apertura al diálogo, aunque insistieron en la necesidad de acelerar la ejecución de medidas urgentes y mejorar la coordinación entre administraciones.
Una respuesta integral frente al cambio climático
El plan presentado en València forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno para adaptar el territorio español al cambio climático, uno de los mayores desafíos actuales. En los últimos años, fenómenos como las DANAs, olas de calor y sequías han puesto de manifiesto la necesidad de transformar la gestión de riesgos naturales en España.