El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) ha tenido un papel “muy activo” en la “detección y análisis” de las operaciones realizadas en las antiguas cajas de ahorros que “pudieran ser constitutivas de delito”, así como en el ejercicio de acciones procesales para la persecución de las conductas “irregulares” detectadas, según señala el fondo de rescate en su ‘Memoria Anual’, que ha publicado por primera vez.
De acuerdo con este informe, a cierre del ejercicio 2016, el FROB había revisado un total de 90 operaciones de las que 47 fueron puestas en conocimiento de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y Criminalidad Organizada.
El FROB ha promovido revisiones exhaustivas de auditoría interna en el seno de las entidades que recibieron apoyo público, abarcando operaciones relacionadas “tanto con el tráfico inmobiliario” como con las “prácticas retributivas internas” de estas entidades rescatadas.
En aquellas operaciones en la que el fondo de rescate detectó “irregularidades”, se realizó un análisis “mucho más pormenorizado” mediante un informe forense (Forensic) encargado a distintas empresas de consultoría expertas en la materia, antes de dar traslado a la Fiscalía de todas aquellas operaciones “que pudieran ser susceptibles de un reproche penal, junto con la información obtenida y documentación relacionada para que proceda a su investigación.
Además, a 31 de diciembre, el FROB se encontraba personado en un total de 24 causas penales, 20 de ellas iniciadas por denuncia del propio organismo, bien directamente ante la Fiscalía, bien a través de las propias entidades, durante el periodo en que fueron administradas por el FROB.
