«Obviamente, seguimos de cerca el anuncio de EEUU con respecto a los aranceles sobre los productos chinos, y potencialmente sobre los productos canadienses y mexicanos. Creemos que es del interés de todos encontrar una manera constructiva de avanzar para resolver este problema», declaró Kozack a los periodistas.
El sábado, Donald Trump firmó una orden ejecutiva por la que imponía un arancel adicional del 10 por ciento a los productos procedentes de China.
También se establecieron tarifas del 25 por ciento para los productos procedentes de Canadá y México, pero a última hora EEUU retrasó su imposición por un mes.
En respuesta, más temprano el miércoles, China anunció la imposición de aranceles del 15 por ciento al carbón y el gas natural licuado (GNL) importados de EEUU y del 10 por ciento adicional, al petróleo crudo y la maquinaria agrícola estadounidense a partir del 10 de febrero.
Además, sometió a controles de exportación varios derivados de metales raros como tungsteno, telurio, bismuto, molibdeno e indio, que son clave para las industrias de altas tecnologías en EEUU, y agregó a su lista de empresas no fiables a las estadounidenses PVH Corp. e Illumina, Inc.