El nuevo escenario del FMI dibuja una economía global resiliente, que pasaría de 3,3% en 2024 a 3,2% en 2025, todavía por debajo del 3,7% medio previo a la pandemia. El dato convive con riesgos latentes —aranceles, geopolítica, endurecimiento financiero— y con una desinflación que avanza a ritmos desiguales entre economías avanzadas y emergentes.
Crecimiento: dos décimas más para 2025, estabilidad en 2026
La revisión al alza del 3,2% para 2025 procede, según el FMI, de un impacto arancelario menos intenso de lo previsto, cierta reorientación de cadenas de valor y un apoyo fiscal selectivo en grandes economías. El perfil para 2026 se mantiene en 3,1%, lo que sugiere un ciclo de expansión moderada más que un rebote potente. En este marco, el organismo subraya que el impulso pre-pandemia sigue lejos: el mundo crecerá por debajo del 3,7% que promedió durante años anteriores a la crisis sanitaria
El mundo crecerá en 2025 por debajo del ritmo medio anterior a la pandemia
Inflación: 4,2% en 2025 y 3,7% en 2026, con divergencias por países
El FMI mantiene su estimación de inflación global en 4,2% para 2025 y la ajusta a 3,7% en 2026. La desinflación continúa, pero con asimetrías: parte del mundo seguirá lidiando con servicios tensionados y efectos indirectos de aranceles sobre costes, mientras Asia exportadora muestra algo más de alivio en precios
La desinflación prosigue pero avanza a distinta velocidad entre regiones
Riesgos: comercio, tipos y precio de la energía
Las tensiones comerciales vuelven a escena como riesgo principal, con el potencial de recortar de forma apreciable el crecimiento si se materializa un nuevo ciclo de aranceles. A ello se suman unos tipos de interés que podrían permanecer elevados más tiempo en algunas economías si la inflación subyacente se resiste, y materias primas sensibles a shocks de oferta
Un repunte arancelario y unos tipos altos por más tiempo pueden enfriar la expansión prevista
Qué significa para España y la eurozona
Aunque el foco del informe es global, el patrón beneficia a economías con sector exterior diversificado y política fiscal prudente. Para la eurozona, un entorno de 3,2% global favorece demanda externa, pero la sensibilidad a tipos y energía seguirá condicionando el crecimiento. Para España, la combinación de servicios, turismo e industrial exportadora será clave en un 2025 que el propio FMI ve de desaceleración suave respecto a 2024 si se contienen los shocks
El tirón global ayuda, pero la zona euro seguirá dependiente de la senda de tipos y energía
Las cifras clave del escenario del FMI
| Indicador | 2024 | 2025 | 2026 |
|---|---|---|---|
| PIB mundial (variación anual) | 3,3% | 3,2% | 3,1% |
| Inflación global (general) | — | 4,2% | 3,7% |
La actualización del FMI aporta una dosis de optimismo prudente: más crecimiento en 2025, desinflación que continúa y riesgos identificados. El reto para gobiernos y bancos centrales será reforzar la certidumbre regulatoria, sostener la inversión y evitar que los aranceles se conviertan en un freno estructural a la actividad.











