La directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, ha señalado que estas transformaciones afectan no solo a la economía estadounidense, sino también al resto del mundo. Durante la reunión del G20 en Sudáfrica, destacó que los gobiernos están ajustando sus estrategias, lo que genera un panorama complejo y de difícil evaluación.
Estados Unidos como epicentro de la incertidumbre
La economista búlgara resaltó que EEUU está introduciendo cambios significativos en áreas clave como:
- Política comercial
- Impuestos y gasto público
- Inmigración y desregulación
Estas modificaciones podrían impulsar la actividad a corto plazo en EEUU, pero a nivel global, los riesgos son predominantemente a la baja. Además, alertó sobre posibles perturbaciones en el proceso de desinflación y eventuales salidas de capitales de economías emergentes.
Crecimiento mundial en niveles bajos históricos
El FMI mantiene su previsión de un crecimiento global del 3,3% para 2025 y 2026, una cifra inferior al promedio histórico. Las economías avanzadas presentan una marcada divergencia:
- EEUU muestra un crecimiento sólido, con una recuperación sostenida.
- La Unión Europea avanza de manera más gradual, con desafíos estructurales.
Además, el FMI prevé que la desinflación continúe, gracias al enfriamiento del mercado laboral y la caída en los precios de la energía.
Reformas necesarias para un crecimiento sostenible
Georgieva insistió en que la clave para mejorar la economía global es adoptar reformas estructurales. Entre las recomendaciones del FMI destacan:
- Encauzar la deuda pública y reconstruir márgenes fiscales.
- Promover un gasto más eficiente y generar mayores ingresos internos.
- Reducir la burocracia y fomentar la competencia empresarial.
- Impulsar avances tecnológicos, como la inteligencia artificial, para mejorar la productividad.
“El crecimiento mundial está en su nivel más bajo en décadas. Es crucial diseñar políticas que proporcionen una base sólida para una expansión duradera”, enfatizó la directora del FMI.
El panorama económico global sigue marcado por altos niveles de incertidumbre, con EEUU como protagonista de cambios que afectan a la estabilidad financiera. El FMI insiste en la necesidad de políticas económicas responsables, una regulación inteligente y el impulso de reformas estructurales para garantizar un crecimiento sostenido a largo plazo.