Desde hace semanas se percibe su ascenso gradual ante la relativa estabilidad de su contrincante el dólar estadounidense, que se mantiene en torno a los 435 pesos cubanos (Cup).
Y todo este escenario sin aparecer la tan anunciada nueva tasa por las autoridades políticas y bancarias en un intento por contener la acción y efecto del mercado informal ya penado por la Ley, pero muy socorrido por quienes poseen moneda fuerte.
En la actualidad, según tasa oficial del Banco Central, la compra del euro gira en torno a los 140,32 Cup, mientras que el dólar es adquirido por 110.32. Con tales tasas, es de suponer que no pocos acudan a formas ilegales, básicamente quienes poseen negocios y compran en el exterior de la isla.
Este panorama, cubierto por un proceso inflacionario casi indetenible, con un elevado coste de artículos de primera necesidad en el sector privado, bajos salarios, pensiones y jubilaciones y una escasez de divisas de temer en las arcas del Estado que conforman una multi crisis sin precedentes en la historia revolucionaria al que debe sumarse el cerco económico y financiero impuesto por Washington.
Dichoso el cubano que tenga cinco euros en el bolsillo. Casi, casi el equivalente a un cartón de 24 huevos.










