Durante un acto, que tuvo lugar este lunes en la Casa de América, para recordar el primer vuelo de Iberia entre Madrid y Buenos Aires, el 22 de septiembre de 1946, el directivo explicó a los periodistas asistentes al acto que la compañía ha tomado esa decisión «por responsabilidad».
La aerolínea considera que la ralentización de la recuperación de los viajes, unida a la creciente incertidumbre sobre si los ERTEs de fuerza mayor se aplicarán al sector aéreo y en qué condiciones, han motivado esta decisión por causas organizativas y productivas.
«Consideramos que los ERTEs por fuerza mayor han sido y deben continuar siendo un mecanismo que nos permita proteger el empleo», aseguró el directivo, quien cifró entorno al 30-35% la plantilla que se podría ver afectada por este expediente «aún pendiente de definir».
La plantilla cuenta actualmente con unos 15.000 empleados, por lo que el nuevo ERTE podría afectar a alrededor de unos 5.000 trabajadores de la compañía.
En lo que respecta a su duración, Sánchez Prieto indicó que la compañía considera adecuado que los ERTEs por fuerza mayor se prorroguen «cómo mínimo» hasta final de año, ya que estiman que los niveles de actividad van a estar reducidos en este último trimestre.
La aerolínea continúa en niveles de capacidad un 30-35% inferiores a 2019 debido, principalmente, a las restricciones al turismo con Estados Unidos, América Latina, Japón y China.
El directivo indicó que la compañía mantiene «un diálogo continuo con los sindicatos» y aseguró que toda las medidas que se han ido tomando a lo largo de la pandemia ha sido con el acuerdo de los sindicatos con quien mantiene una «magnífica» relación.
Sánchez Prieto aseguró que, de momento, no hay novedades respecto a la compra de Air Europa cuya operación sigue sujeta a la aprobación por parte de la Comisión Europea.
Reiteró que la compra sigue siendo estratégica para la compañía porque consideran que es buena «para el país, para el turismo, para el ‘hub’ de Madrid, para los clientes y para los trabajadores». No obstante, recordó que ha habido otros casos de intento de compra como es el caso de Norwegian que finalmente la compañía decidió no ejecutar.
Respecto al precio de la compra, advirtió de que habrá que ver «cual es la foto final para tomar una decisión». «Ahora mismo hay un precio que está fijado, el precio que se acordó fue de 500 millones de euros. Creo que tenemos que ver después del proceso de competencia, y ver la evolución de la compañía, si verdaderamente necesita que se le inyecte capital para ver cual es la foto final y tomar una decisión», concluyó.
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