El dramático regreso de la “cosa”
Cuba

El dramático regreso de la “cosa”

El cubano había acuñado en cuatro letras un conjunto de realidades que abarcaban la misma vida en todos sus matices.

Allá por los 90 del siglo pasado tuve a bien en comentarle una chispeante curiosidad a un colega español. No tardó mucho en publicarla en El País para darme la delantera, acción en modo alguno criticable y sí ejemplar.

Se trataba, en síntesis, de un afamado intelectual del séptimo arte que en la puerta de su vivienda había colocado un cartel donde advertía: “Prohibido hablar de la cosa”.

El personaje, aún vivo y ya retirado de esos menesteres cinematográficos, me argumentaba en su momento, que estaba hasta el copete con quienes le visitaban, que casi sin saludar pasaban a preguntarle cómo veía la “cosa” de aquella crisis nombrada como “Período Especial”. Con tal término, el cubano había acuñado en cuatro letras un conjunto de realidades que abarcaban la misma vida en todos sus matices.

Y no estaba muy equivocado. Un estudio reciente indica que “cosa” es uno de los vocablos más empleados en lengua española o castellana.

Un serial colombiano no muy distante en el tiempo, “Pablo Escobar, el patrón del mal” nos repetía cada noche, en capítulos cada vez más atractivos, que “Quien no conoce su historia está obligado a repetirla”.

Pues en eso estamos, que muchos están repitiendo la historia porque no la conocieron. La “cosa” ha regresado a la boca y pensamientos de no pocos cubanos cuando debemos enfrentar el día a día con los más variados problemas y dificultades. Unas, impuestas por el imperio; otras, de factura completamente local.

A saber, si nuestro amigo en retiro ha retomado el cartelito.

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