Tal y como se esperaba, el consejo de administración de Isolux Corsán ha aprobado solicitar el concurso de acreedores para el grupo y seis de sus filiales tras no haber logrado captar un inversor que entre en su capital. Acto seguido, el presidente de la compañía, Nemesio Fernández-Cuesta, y los seis miembros restantes de su consejo han presentado en bloque su dimisión con el fin de “facilitar la gestión de la nueva etapa”, según publica Europa Press.
La empresa de construcción se declarará en quiebra con un ‘agujero’ de unos 801,9 millones de euros y una plantilla, tras el ERE pactado el pasado año, de 3.884 trabajadores. Con estas cifras, se trata del mayor concurso de una compañía de construcción de los últimos años y de los de más dimensión de la historia empresarial española junto con los de Martinsa Fadesa, Abengoa, Nueva Rumasa, Pescanova o Reyal Urbis.
Isolux no ha podido llevar a cabo una segunda reestructuración de su deuda, un año después de que en julio de 2016 fuera rescatada por sus bancos acreedores, que desde entonces controlan la compañía.
El grupo, en ‘preconcurso’ desde el pasado mes de abril, buscaba un socio que entrara en su capital, inyectara fondos y la reflotase. No lo conseguido, aunque ha recibido seis ofertas por diversas unidades productivas del grupo.
Esta mañana, en una entrevista a RNE, Ana Vivar, presidenta del comité de empresa de Isolux aseguraba que los trabajadores de la compañía continúan pensando que esta empresa es viable. La plantilla ha recibido a los accionistas, entre los que se encuentran Bankia y La Caixa, en la sede de Madrid para protestar por esta declaración de Concurso.
