Introducción. Pese al bache bilateral, los últimos datos apuntan a un repunte global de los envíos chinos en septiembre —con alzas interanuales en ventas e importaciones— que no se traslada al canal con EEUU. La brecha revela el impacto de los nuevos gravámenes y los controles tecnológicos, mientras empresas de ambos lados aceleran estrategias de diversificación y “China+1”.
El balance a nueve meses: menos intercambio y superávit persistente para Pekín
Entre enero y septiembre, el comercio total China-EEUU sumó 425.816 millones de dólares (–15,6%). De ese total, 317.224 millones fueron exportaciones chinas (–16,9%) y 108.591 millones importaciones desde EEUU (–11,6%). En septiembre, el flujo mensual ascendió a 45.792 millones, con 34.307 millones de ventas chinas al mercado estadounidense. El año 2024 cerró con 688.280 millones de dólares (+3,7% anual), por lo que el deterioro de 2025 supone un giro respecto a la tendencia del ejercicio anterior.
El deterioro bilateral contrasta con el avance global de los envíos chinos en septiembre (exportaciones +8,3% interanual; importaciones +7,4%), señal de que el lastre está muy concentrado en EEUU y en sectores sensibles como tecnología o materias críticas. La caída bilateral se produce mientras China recorta exportaciones estratégicas —por ejemplo, de tierras raras— en un entorno de contramedidas y nuevas licencias de salida que añaden fricción a las cadenas globales.
El comercio bilateral cae 15,6% a septiembre y el superávit chino se mantiene por el mayor peso de las exportaciones
Aranceles, controles y desvío de flujos: por qué se enfría el canal EEUU
La combinación de aranceles más altos, controles sobre tecnología avanzada y medidas espejo ha encarecido y ralentizado el intercambio. El endurecimiento arancelario en 2025 elevó la presión fiscal efectiva sobre productos chinos, a la vez que China amplió restricciones en áreas críticas (baterías, tierras raras). Esto ha empujado a muchas compañías a relocalizar parte del ensamblaje o a desviar sus rutas comerciales a otros mercados.
Los aranceles y controles tecnológicos encarecen el intercambio y favorecen estrategias de “China+1” sin punto final
ASEAN y otras regiones ganan terreno mientras EEUU pierde peso relativo
El tercer puesto de EEUU como socio de China —por detrás de ASEAN y Unión Europea— se consolida en 2025. A la par, envíos chinos hacia Sudeste Asiático y otras regiones muestran mayor tracción, mientras el canal estadounidense acumula seis meses de descensos en septiembre. El patrón sugiere diversificación de destinos y sustitución de proveedores en cadenas sensibles.
ASEAN y otras regiones absorben parte de la oferta china que pierde salida en Estados Unidos
Qué mirar de cara al cuarto trimestre
De mantenerse la intensidad arancelaria y los controles cruzados, el cierre de 2025 podría consolidar una caída de doble dígito del intercambio anual, con efectos en precios y suministro de insumos estratégicos (electrónica, automoción, renovables). En paralelo, el repunte global de septiembre en China sugiere que el freno es selectivo y que la reconfiguración de redes logísticas ya está en marcha.
El frenazo con EEUU es selectivo: el comercio global de China mejora, pero el canal bilateral seguirá bajo presión
Comercio China-EEUU (enero-septiembre 2025)
| Indicador | Importe (millones de dólares) | Variación interanual |
|---|---|---|
| Comercio total | 425.816 | –15,6% |
| Exportaciones chinas a EEUU | 317.224 | –16,9% |
| Importaciones desde EEUU | 108.591 | –11,6% |
| Septiembre (total mensual) | 45.792 | n.d. |
| Septiembre: ventas chinas | 34.307 | n.d. |
Nota: 2024 cerró con 688.280 millones de dólares (+3,7% anual)
El comercio China-EEUU encadena nueve meses a la baja en 2025 por el choque de aranceles y controles, mientras el resto del mundo absorbe parte del impulso exportador de China. El cuarto trimestre será clave para medir si el repunte global de septiembre se consolida y si la desconexión bilateral se estabiliza o se profundiza.











