El combate cubano a la Covid-19 ya es de cuerpo a cuerpo

Desde el malecón

El combate cubano a la Covid-19 ya es de cuerpo a cuerpo

Como nunca antes en la historia de este país, el esfuerzo de médicos, paramédicos y personal de apoyo ha tomado la categoría de sobrehumano.

Policía con mascarilla en una calle de La Habana

Policía con mascarilla en una calle de La Habana

Quien haya visto algunos filmes bélicos o por una de esas desgracias de la vida o de los hombres, vivió en carne propia los avatares de una guerra, no dudaría un instante en asegurar que esta contra la Covid-19 en Cuba se encuentra ahora mismo en la fase de cuerpo a cuerpo.

Y lo peor, según estrategas bélicos de reconocido prestigio que han asegurado que no hay frente seguro sin retaguardia segura, ésta última no resulta la más favorable porque su estado es tan crítico como la situación en los frentes.

Como nunca antes en la historia de este país, el esfuerzo de médicos, paramédicos y personal de apoyo ha tomado la categoría de sobrehumano. En ellos, como suerte de secuela, quedarán imágenes de dolor e impotencia que le acompañarán por toda una vida.

Rotas las barricadas por el “enemigo”, esos muros de contención han sido horadados por las cepas mutantes del Sars-Cov-2 para que ahora mismo estemos durmiendo, como suele decirse en familia, con el enemigo en casa.

Raro encontrar un día en que el reporte del ministerio de Salud Pública no nos haga saber del incremento de alguna malévola cifra de más muertes, más ingresos, más contagiados, más casos en edades pediátricas…

A la par, y es lo recomendable en estos casos, inspirar, alentar, fomentar la confianza con alto componente psicológico, de que saldremos adelante, que alguna vez todo este martirio será cosa del pasado, que ya las vacunas (un 27% de la población con las tres dosis) comienzan a presentar signos alentadores.

Lo cierto es que junto a la Covid-19, tenemos la crisis económica local y aquella multifacética que Washington alienta y observa de brazos cruzados como un selecto espectador sentado en primera fila tomando nota de éxitos y desaciertos.

Día tras día llegan a la isla donativos de muchos sitios de ese mundo con avituallamiento médico, medicamentos y comida.

Aquellos cinéfilos también podrán recordar escenas del humor en tiempos de guerra, como ese mensaje vía radial de unos pocos sobrevivientes que desde la trinchera informan que “manden más que estamos ganando”.

Reírse y llorar, dos comportamientos humanos.

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