El cambio climático no solo se manifiesta en récords de temperatura y fenómenos extremos, sino que también se traduce en costes concretos para las familias. En España, el verano se alarga 10 días más por década, con noches cada vez más cálidas y olas de calor más frecuentes. Esta transformación climática obliga a utilizar más tiempo el aire acondicionado, elevando el consumo eléctrico y el gasto energético anual por hogar.
Los veranos son más largos y calurosos: un nuevo escenario climático
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) confirma que 2024 fue el tercer año más cálido en España desde que hay registros. La temperatura media alcanzó los 15,0 grados, superando en +1,1 grados el promedio 1991–2020. El fenómeno no es puntual: el verano se ha alargado 40 días desde los años 80, con más episodios de calor extremo, incluso en zonas tradicionalmente frescas del norte.
En 2024 se registraron tres olas de calor, con máximas por encima de los 40 grados y temperaturas nocturnas récord, como los 28,1 grados en Zaragoza o los 26,8 grados en Madrid
134 euros más en la factura por el alargamiento del verano
El informe elaborado por Raisin revela cómo esta transformación climática impacta en la economía doméstica. Con un precio medio del kWh de 0,1676 euros y un consumo diario estimado de 8 horas de aire acondicionado, los hogares gastan 3,35 euros al día en climatización. Las cinco semanas extra de calor suponen un sobrecoste de 134 euros al año por familia.
El gasto total en aire acondicionado asciende ya a 260 euros anuales por hogar, con un impacto nacional de más de 2.546 millones de euros
El coste oculto del confort térmico: más emisiones y desigualdad
Además del impacto económico, el uso masivo del aire acondicionado contribuye al efecto invernadero, agravando el calentamiento global. A ello se suma que los equipos no pueden programarse para usarse en las horas más baratas, ya que se encienden en los momentos de mayor calor, coincidiendo con los tramos más caros del día.
“El aire acondicionado no es un lujo, sino una necesidad”, advierte Marta Pinedo, directora de Raisin España. “Y su uso intensivo repercute en la factura y en el medio ambiente”
Proyecciones preocupantes para 2050
Si la tendencia continúa, los hogares podrían gastar entre 60 y 70 euros más al año en climatización para 2050, sin contar posibles subidas del precio de la electricidad. Esta previsión plantea un escenario especialmente difícil para las familias más vulnerables, que ya destinan una parte importante de sus ingresos al pago de suministros básicos.