El Bundesbank registra números rojos por primera vez desde 1979

Alemania

El Bundesbank registra números rojos por primera vez desde 1979

El Bundesbank confía en la revalorización de sus reservas de oro y en la estabilidad futura de la inflación en Alemania.

Sede del Bundesbank
Sede del Bundesbank

El banco central alemán, el Bundesbank, sufrió el año pasado pérdidas por valor de unos 19.200 millones de euros (20.110 millones de dólares), por primera vez desde 1979 y la mayor cifra de su historia.

Esto significa que -al igual que en los cuatro años anteriores- el presupuesto federal no podrá contar con aportes del Bundesbank. «Pero probablemente ya se ha superado el punto álgido de las cargas anuales», dijo el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, en la presentación del informe financiero 2024 en Fráncfort.

Nagel ya había pronosticado años de vacas flacas al presentar el balance hace un año: «No esperamos poder distribuir beneficios durante algún tiempo».

Freno de la deuda

Nagel anunció una nueva propuesta del Bundesbank «en menos de dos semanas» para reformar el freno de la deuda, en vista de los costosos retos a los que se enfrenta el futuro Gobierno federal por la recesión económica.

El freno de la deuda, consagrado en la Constitución alemana desde 2009, sólo permite al Gobierno federal contraer nuevos préstamos de forma limitada. Los críticos creen que obstaculiza las inversiones necesarias en protección del clima e infraestructuras. Tampoco está claro cómo pretende Alemania financiar el creciente gasto en defensa.

El presidente del Bundesbank consideró importante que «el freno de la deuda siga anclado como instrumento de estabilidad». Sin embargo, Alemania se encuentra «en un entorno diferente al de hace 15 años, cuando vio la luz». Un fondo especial para financiar la Bundeswehr (Fuerzas Armadas), por ejemplo, podría integrarse en un freno de la deuda modificado.

La carga de los tipos de interés

En el ejercicio de 2023, el Bundesbank evitó por poco entrar en pérdidas, pero sólo porque pudo recurrir a miles de millones en provisiones. Un colchón que ahora casi se ha agotado debido a la carga que representó el rápido cambio en la subida de los tipos de interés.

Así, para 2024, el Bundesbank sólo disponía de 700 millones de euros en reservas para amortiguar las pérdidas. Aunque los ingresos netos por intereses mejoraron ligeramente, seguían estando claramente en números rojos, en torno a los 13.100 millones de euros (año anterior: 13.900 millones).

A partir de mediados de 2022, el Banco Central Europeo (BCE) subió rápidamente los tipos de interés en la eurozona para controlar la elevada inflación. Los precios están ahora lejos de los niveles récord, por lo que el BCE ha vuelto a bajar los tipos de interés oficiales.

La subida de los tipos de interés en los mercados financieros provocó un aumento del gasto en pago de intereses por parte de los bancos centrales, sin que los ingresos por intereses pudieran seguir el mismo ritmo. A la vez, muchos títulos a largo plazo, como los bonos del Estado y de empresas, que los bancos centrales del euro llevan años comprando a gran escala en el marco de la política monetaria común, arrojan tipos de interés comparativamente bajos.

El BCE registra pérdidas récord

El propio BCE registró en 2024 su segundo año consecutivo de pérdidas y la mayor pérdida en sus más de 25 años de historia: nada menos que 7.900 millones de euros. Por ello, el habitual reparto de beneficios del BCE -incluido al Bundesbank- se canceló una vez más.

La vicepresidenta del Bundesbank, Sabine Mauderer, subrayó la solidez del balance de la entidad. «El Bundesbank puede soportar tanto las cargas financieras actuales como las previstas», dijo.

Por ejemplo, las reservas de oro del Bundesbank se han revalorizado considerablemente debido al aumento del precio del metal precioso. Las reservas totales de oro y divisas del banco ascendían a 267.000 millones de euros a finales del año pasado, frente a los 197.000 millones de euros del año anterior.

El principal objetivo de los bancos centrales no es obtener beneficios. El BCE, y con él los bancos centrales nacionales del sistema del euro, deben garantizar ante todo precios estables y, por tanto, una moneda estable en la zona monetaria de los 20 Estados.

Los guardianes monetarios creen que este objetivo se alcanzará cuando la inflación en la eurozona llegue al 2,0 % a medio plazo. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, expresó recientemente su confianza en que la marca del dos por ciento de inflación se alcance en el año en curso.

Unas tasas de inflación más altas reducen el poder adquisitivo de los consumidores, que entonces pueden permitirse menos por el mismo dinero.

Nagel también confía en la evolución futura de la inflación: «Esperamos un retorno sostenido a la marca del dos por ciento en Alemania en 2026».

Durante años, el Ministerio de Finanzas incluía en el presupuesto federal ingresos aproximados de unos 2.500 millones de euros procedentes del Bundesbank. En 2019, el entonces titular del departamento, Olaf Scholz (actual canciller saliente), aún pudo disfrutar del mayor beneficio del Bundesbank desde la crisis financiera: 5.850 millones de euros.

La última pérdida en el balance fue hace 45 años: en 1979, el Bundesbank reportó el equivalente a más de 2.900 millones de euros en pérdidas.

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