Las acciones del Royal Bank of Scotland se disparan más de un 3% en la apertura de la sesión después de que el banco haya anunciado su primer pago de dividendo desde que fue rescatado, allanando el camino hacia una salida del Estado de su accionariado.
El banco ha confirmado que pagará un dividendo de 2 peniques por acción, pago que aumentará significativamente la cantidad de inversores potenciales para una próxima desinversión del Estado. Según publica Financial Times, muchos administradores de fondos tienen prohibido invertir en acciones que no pagan dividendos.
Al mismo tiempo, el dividendo podría renovar las especulaciones sobre el futuro del presidente ejecutivo Ross McEwan, que había señalado la restauración de los pagos a los accionistas como una de las últimas metas que le quedaban antes de abandonar el banco.
El Estado británico cuenta con una participación del 62,4% en RBS tras la última venta de acciones, de 2.500 millones de libras esterlinas, llevada a cabo en junio. A partir del próximo mes podrá volver a realizar una operación de desinversión una vez finalizado el período de gracia previsto en la anterior venta.
El anuncio del dividendo llega además después de que la entidad llegase a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU para pagar 4.900 millones de dólares y zanjar de una vez por todas una larga investigación sobre venta de valores respaldados por hipotecas.
El banco británico ha informado hoy además de que su beneficio atribuido correspondiente al primer semestre del año fue de 888 millones de libras (996 millones de euros al cambio actual), un 5,4% menos que en el mismo periodo del año anterior.
