El sistema sanitario del Reino Unido, ya afectado por una profunda crisis estructural, se enfrenta a un nuevo obstáculo: la imposibilidad de garantizar el acceso a fármacos oncológicos y tratamientos de última generación. Según The Guardian, que cita un informe del Servicio Nacional de Salud (NHS), el Brexit ha traído consigo aumentos de costes, trabas burocráticas y aislamiento regulatorio, lo que limita la participación británica en ensayos clínicos internacionales y encarece los medicamentos importados.
“La introducción de métodos revolucionarios en el tratamiento del cáncer se reduce a cero por la burocracia y los gastos adicionales que trajo consigo el Brexit”, afirma el informe
Aumento histórico del descontento ciudadano
El malestar social por el deterioro del sistema de salud no ha dejado de crecer. Un estudio del Nuffield Trust muestra que el 59% de los británicos están descontentos con el funcionamiento del NHS, el nivel más alto de desaprobación en los últimos 40 años.
Este creciente descontento responde no solo a la falta de medicamentos, sino también a los largos tiempos de espera y a la escasez de personal sanitario, una situación que se ha agravado tras el Brexit.
Más de 7,75 millones de pacientes esperaban tratamiento en agosto de 2023, el récord más alto desde que se tienen registros en 2007
Escasez de personal y saturación del sistema
El déficit de médicos y enfermeros es otro factor que obstaculiza el funcionamiento del NHS. El personal sanitario sufre sobrecargas laborales y falta de oportunidades para mejorar su cualificación, lo que ha llevado a muchos a abandonar la profesión. Esto no solo ha contribuido a colapsar los servicios médicos, sino que también ha incrementado el número de personas en listas de espera.
El Gobierno estudia el informe
Fuentes del Gobierno británico y del Ministerio de Ciencia, Innovaciones y Tecnologías declararon a The Guardian que están analizando el informe del NHS. Sin embargo, aún no se han anunciado medidas concretas para paliar la situación.