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El BCE ya no da más de sí: ¿hay margen para la política fiscal?

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el vicepresidente, Luis de Guindos

En su reunión d ayer, el Consejo de Gobierno del BCE confirmó que el programa de compras de emergencia de la pandemia (PEPP) finalizará con el mes de marzo, pero además puso fecha de caducidad al programa de compra de activos (APP), que podría terminar en el tercer trimestre.

En los últimos dos años el BCE ha incrementado su balance de 4,7 billones a 8,7 billones de euros, prácticamente duplicándolo, recuerda Hernán Cortés, socio de Olea Gestión, que destaca que 2014 el balance era de 2 billones. “Es decir, se ha más que cuadriplicado en menos de siete años. El balance actual representa un 66% del PIB de la Eurozona. Como referencia, el balance de la FED representa un 40% del PIB americano”. “No se puede seguir comprando bonos”, cree el experto, “la política monetaria en la eurozona está agotada”.

Por el momento, los tipos de interés se mantienen en sus mínimos históricos, aunque el BCE ya abre la puerta a una suida “gradual” que se produciría “algún tiempo después de que finalicen” las compras de deuda.

“Resulta difícil justificar el mantener más de siete años una medida tan extraordinaria y poco ortodoxa como los tipos negativos, más aún cuando la demanda de crédito ha resultado tan inelástica a precio al no haber crecido el crédito más que un 3% o 4% anual (en España poco por encima de cero)”, cree Corté. “Más aún, con una inflación por encima del objetivo del BCE en los tres próximos años. No se puede dejar los tipos al mismo nivel”. El mercado ya descuenta una subida durante el último cuatrimestre de 0,50%, un 0% para el tipo de depósito desde el -0,50% actual.

Para el experto de Olea Gestión, “ha llegado la hora de la política fiscal, es decir, aumentar el gasto/inversión pública o reducir los impuestos”. “El problema es que muchos países hemos estado usando, y abusando, de ella en los últimos años”, reconoce. “Salvo Alemania y algún otro país centroeuropeo, el resto de Europa tiene muy poca capacidad de maniobra en política fiscal”.

La deuda pública de España cerró 2021 en el 118,7% del PIB, por ejemplo, mientras que en Italia la ratio alcanza ya un 150% del PIB y en Grecia se sigue superando el 200%.

“Ya solo nos quedan las famosas reformas estructurales de las que tanto hablaba Draghi y que toda Europa hizo oídos sordos. Vamos a tener que desempolvar ese manual”.

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