En rueda de prensa, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha evitado indicar si la institución ha variado su postura ante las recientes turbulencias en los mercados financiero, limitándose a subrayar que el banco central dependerá de los datos.
Tras las subidas de otros 50 puntos básicos en febrero y diciembre de 2022, así como de los dos incrementos de 75 puntos básicos acometidos en las reuniones de octubre y septiembre del año pasado, después de una subida inicial de medio punto porcentual en julio de 2022, el BCE ha elevado el precio del dinero en 350 puntos básicos durante el actual ciclo de subidas.
Con esta sexta subida consecutiva del precio del dinero, que se ha situado en su nivel más alto desde octubre de 2008, el BCE mantiene el ritmo de la normalización de su política monetaria, a pesar de las turbulencias en el sector financiero, tras la intervención en EEUU de dos entidades bancarias el pasado fin de semana y el desplome bursátil de la banca europea ante las dudas sobre Credit Suisse.
“Se prevé que la inflación se mantenga demasiado elevada durante demasiado tiempo. En consecuencia, el consejo de Gobierno ha decidido hoy elevar los tres tipos de interés oficiales del BCE en 50 puntos básicos, en consonancia con su determinación de garantizar el retorno oportuno de la inflación al objetivo a medio plazo del 2%”, ha afirmado el banco central.
No obstante, la institución que preside Lagarde señala que está realizando “un atento seguimiento” de las actuales tensiones en los mercados y que está preparado para responder en caso de que sea necesario, a fin de preservar la estabilidad de precios y la estabilidad financiera del bloque.
“El sector bancario de la zona del euro es resistente, con sólidas posiciones de capital y de liquidez. En cualquier caso, el conjunto de instrumentos de política del BCE está plenamente preparado para proporcionar liquidez al sistema financiero en caso necesario y para preservar la transmisión fluida de la política monetaria”, asegura.
PREVISIONES MACRO ¿PAPEL MOJADO?
El BCE explica que sus nuevas proyecciones macro finalizaron a principios de marzo, antes de la reciente aparición de tensiones en los mercados financieros, tras la quiebra de Silicon Valley Bank y los crecientes temores sobre Credit Suisse, que implican incertidumbres adicionales en torno a las evaluaciones de referencia de la inflación y el crecimiento.
Antes de estos últimos acontecimientos, la senda de referencia de la inflación general ya se había revisado a la baja, debido principalmente a una contribución de los precios de la energía menor de lo previsto. Así, los expertos del BCE prevén ahora una inflación media del 5,3% en 2023, del 2,9% en 2024 y del 2,1% en 2025.
Al mismo tiempo, las presiones subyacentes sobre los precios siguen siendo fuertes. La inflación, excluidos la energía y los alimentos, siguió aumentando en febrero y la autoridad monetaria prevé que se sitúe en una media del 4,6% en 2023, por encima de lo previsto en las proyecciones de diciembre.
Posteriormente, se prevé que descienda hasta el 2,5% en 2024 y el 2,2% en 2025, a medida que se desvanezcan las presiones alcistas derivadas de anteriores perturbaciones de la oferta y de la reapertura de la economía y que el endurecimiento de la política monetaria amortigüe cada vez más la demanda.
REVISIÓN AL ALZA EN LAS PROYECCIONES DE CRECIMIENTO
Las proyecciones de referencia para el crecimiento en 2023 se han revisado al alza, hasta una media del 1,0%, como resultado tanto del descenso de los precios de la energía como de la mayor resistencia de la economía al difícil entorno internacional.
Así, el BCE espera que el crecimiento siga aumentando, hasta el 1,6%, en 2024 y 2025, respaldado por la solidez del mercado de trabajo, la mejora de la confianza y la recuperación de las rentas reales. Al mismo tiempo, el repunte del crecimiento en 2024 y 2025 es más débil de lo previsto en diciembre, debido al endurecimiento de la política monetaria.
