El Banco de España cree que Saracho renunció a usar toda la artillería para evitar la intervención del Popular

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El Banco de España cree que Saracho renunció a usar toda la artillería para evitar la intervención del Popular

El subgobernador del Banco de España “sospecha” que el Popular tenía más garantías de las que presentó en su ventanilla a cambio de liquidez.

    Emilio Saracho, presidente de Banco Popular

    El Banco de España sospecha que Banco Popular no presentó en su ventanilla todas las garantías que tenía disponibles para obtener la liquidez del Banco Central Europeo (BCE) y evitar que las autoridades europeas decretasen en la madrugada del 7 de junio la resolución de la entidad, que acabó finalmente vendida por el precio simbólico de un euro al Santander.

    Así lo ha confirmado en un encuentro organizado por la APIE en Santander en el marco de los ‘Cursos de verano’ de la UIMP el subgobernador del Banco de España, Javier Alonso. “Sospecho que el banco tenía potencialmente más garantías, porque lo que nos trajeron fue poco, pero si no las trajeron… sólo podemos certificar lo que vemos”, ha reflexionado, para añadir que el supervisor español requirió a los administradores del Popular, con Emilio Saracho al frente, que presentasen más garantías, pero la respuesta que obtuvo fue “quizás esta noche o mañana”.

    Horas después de que el subgobernador del organismo utilizase el verbo sospechar para valorar estos movimientos de la entidad, el Departamento de Comunicación del Banco de España ha remitido, a petición de Alonso, una matización sobre esta declaración. El dirigente ha valorado que «no he estado afortunado utilizando» dicho verbo. Y es que, según ha apuntado, el Popular tenía «algunos activos más, que podrían haber sido utilizados como garantías, si la entidad los hubiera movilizado a tiempo, antes de que ella misma se declarara inviable». Pese a ello, ha precisado que «el volumen de esos activos muy probablemente no hubiera cambiado la situación más que de modo transitorio».

    En el evento celebrado, el subgobernador ha explicado que en un balance bancario en principio todo se pueden considerar garantías, pero gran parte de ellas están comprometidas -las hipotecas sirven de garantías para las cédulas, por ejemplo, o los bonos para los repos-. En ese punto, quedan los denominados activos libres, que suelen ser los primeros vendidos por las entidades en apuros para obtener liquidez. Si la situación persiste, lo lógico es que venda otros activos, “quizás no tan buenos o líquidos”, ha explicado, antes de acudir a la ventanilla de liquidez del BCE.

    A la hora de presentar las garantías para la liquidez de emergencia del BCE, estas deben ser “adecuadas y suficientes”, ha relatado el subgobernador, que ha recordado que “deben llegar” al banco central nacional, en este caso el Banco de España. “El BCE otorgó el máximo de liquidez que podía otorgar hasta el punto que tenía permitido”, ha defendido.

    Alonso, que no ha querido especular sobre por qué el Popular no presentó en su ventanilla todas las garantías de las que disponía, ha reconocido no obstante que “movilizar estas garantías no es tan sencillo”, ya que en algunos casos puede tardar varios días. En todo caso, la impresión de Alonso es que sólo se podrían haber ganado unos días, ya que “no daba la impresión de que hubiera más tiempo”. “No se sabe cuántos días podría haber durado de haber aportado más garantías”.

    El subgobernador ha destacado que el Popular fue solvente hasta el último día, pero se llegó a su resolución debido a “un problema de liquidez derivado de la falta de confianza de sus clientes, que estaban retirando sus depósitos”. “Era un banco que era débil, pues sí; había provisionado 20.000 millones para reconducir su situación, pues también”, ha reflexionado.

    El Banco de España anima a la banca a seguir reduciendo sucursales

    El subgobernador ha aprovechado su intervención inicial para insistir en que los bancos españoles “tienen margen” para seguir reduciendo sus redes de sucursales, un movimiento que ha vinculado al auge de la banca digital.

    Alonso, que ha sido el encargado de dar la conferencia de clausura de un encuentro que ha durado toda la semana, ha destacado que la banca española. “en términos de solvencia y de mejora de los saneamientos, dispone hoy de una mejor posición y de una mayor capacidad de resistencia” para afrontar el nuevo escenario al que se enfrentan.

    En términos de eficiencia, por ejemplo, las entidades se sitúan en una “posición más favorable” que la de la media de las entidades bajo la supervisión del Banco Central Europeo (BCE). No obstante, “aún hay margen de mejora”, considera Alonso, “en particular cuando se observa que España sigue siendo el país con mayor densidad de oficinas por habitantes de la UE”.

    “Y ello no parece muy compatible con la innovación tecnológica, cuya implantación requiere menos presencia física”. “Las entidades bancarias deben adaptarse al nuevo entorno y continuar con la corrección ordenada del exceso de capacidad realizado en los últimos años”, ha añadido el subgobernador del Banco de España, que considera que “los aumentos de eficiencia requeridos podrían contribuir a una cierta consolidación adicional dentro del sector”.

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