El alto el fuego firmado entre Israel y las facciones palestinas permite que las organizaciones humanitarias comiencen a desplegar sus operaciones en el enclave, devastado tras más de dos años de ofensiva militar. Sin embargo, el peligro no ha terminado. Según datos de la ONU, la Franja podría estar contaminada con miles de artefactos explosivos sin detonar, que podrían permanecer activos durante décadas.
Una amenaza que persiste entre los escombros
El Servicio de Naciones Unidas de Acción contra Minas (UNMAS) advierte de que la limpieza del territorio requerirá un acceso humanitario sin restricciones. Sus equipos han identificado más de 560 artefactos explosivos en las zonas donde se ha podido trabajar, aunque reconocen que la cifra real podría ser muy superior.
Las bombas que no explotaron durante los ataques pueden activarse al mover los escombros o por simple contacto, lo que convierte a Gaza en un enorme campo minado
En algunos barrios, los niños juegan entre ruinas o las familias buscan pertenencias, ignorando que bajo los cascotes puede esconderse un proyectil activo. Los especialistas señalan que la mezcla de densidad urbana, escombros tóxicos y material militar no detonado configura un escenario de riesgo extremo.
Décadas para limpiar el territorio
Las organizaciones sobre el terreno calculan que podrían necesitar más de 30 años para limpiar completamente la superficie de Gaza. A esto se suma la falta de equipos técnicos, los obstáculos administrativos y la necesidad de autorización para ingresar maquinaria de desactivación.
En Gaza se estima que cayeron más de 70.000 toneladas de explosivos, y entre el 5% y el 10% no detonaron durante los bombardeos
La ONG Humanity and Inclusion, dedicada a la eliminación de restos explosivos, advierte que el peligro se multiplica ahora, cuando miles de desplazados intentan volver a sus viviendas destruidas. En muchos casos, los equipos humanitarios deben marcar y acordonar áreas contaminadas para evitar más tragedias.
Principales estimaciones sobre Gaza
| Indicador | Valor estimado |
|---|---|
| Toneladas de explosivos lanzados desde 2023 | 70.000 |
| Porcentaje estimado de munición sin detonar | 5%-10% |
| Artefactos localizados por UNMAS en zonas accesibles | Más de 560 |
| Tiempo previsto para limpiar la superficie | 30 años |
| Viviendas dañadas o destruidas | Más del 90% |
El desafío de la reconstrucción
La contaminación por explosivos no solo amenaza vidas: también frena la reconstrucción. Las carreteras permanecen bloqueadas, los hospitales operan al límite y los servicios de agua y saneamiento siguen colapsados. Para la ONU, la acción humanitaria contra minas será clave en la recuperación y en la consolidación de la paz.
Los artefactos explosivos sin detonar impiden el retorno seguro y retrasan el inicio de la reconstrucción en la Franja
Mientras tanto, los programas de formación de UNMAS instruyen a la población sobre cómo actuar ante objetos sospechosos y distribuyen folletos educativos en refugios y hospitales. Pero la advertencia es clara: sin recursos y sin acceso, Gaza seguirá siendo durante años un territorio sembrado de amenazas invisibles.
La paz en Gaza, de momento, es frágil y parcial. Aunque el alto el fuego detiene las bombas, no apaga el peligro que dejaron atrás. Las municiones sin detonar representan un legado mortal de la guerra y un reto humanitario de largo plazo que exigirá cooperación internacional sostenida.









