El alquiler turístico obliga a ‘emigrar’ a quien busca compartir piso en Madrid y Barcelona

El alquiler turístico obliga a ‘emigrar’ a quien busca compartir piso en Madrid y Barcelona

La competencia con los pisos turísticos obliga a estos inquilinos, en su mayoría jóvenes, a desplazarse a otros municipios debido alza de los precios.

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“El auge del alquiler turístico en las ciudades de Madrid y Barcelona provoca importantes incrementos en el precio de las viviendas y obliga a los inquilinos residenciales que buscan compartir piso a desplazarse hacia municipios cercanos a las principales urbes”, según afirma Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.

Esta es una de las conclusiones que el directivo de esta web inmobiliaria hace de los datos del informe anual 2018 que han ha realizado de las habitaciones en alquiler “modalidad de acceso a la vivienda que es una de las más consolidadas en nuestro país”, estudio en el que han determinado cuál es la renta media, el perfil de este tipo de inquilino o las provincias que más destacan en cuanto a oferta y demanda, para elaborar una perspectiva completa sobre la evolución de este fenómeno.

Según pisos.com el precio medio de una habitación en piso compartido ha caído un -2,3% respecto al año pasado, pasando de 299,06 euros mensuales a 292,18 en 2018. Así, la habitación más reclamada por este tipo de inquilino, protagonizado por mujeres (55,63%) de entre 18 y 25 años (51,01%), suele ser el que está amueblado (97,80%) o tiene ascensor (61,53%). Sin embargo, el alquiler compartido está determinado por un factor de concentración geográfica importante, estrechamente ligado a los estudiantes universitarios y a la fuerza laboral, ya que conforme avanza la edad disminuye la demanda de este tipo de vivienda.

En términos generales, las provincias que concentran la mayor parte de la oferta son Madrid y Barcelona, grandes capitales que aglutinan la oferta de universidades e instituciones de posgrado, así como oficinas o centros de trabajo, y que, además, son las provincias españolas con mayor densidad de población. En conjunto, suman el 32,18% de la oferta nacional y el 44,64% de la demanda y es que, precisamente, sus capitales albergan el 22,65% de los anuncios de habitaciones registradas y el 36,72% de los futuros inquilinos. Sin embargo, los pisos de estas localizaciones se ven abocados a competir con el alquiler turístico que provoca importantes incrementos en el precio y obliga a los inquilinos residenciales a desplazarse hacia municipios cercanos a las principales urbes.

La capital con el precio de alquiler más elevado es Barcelona con 430 euros al mes, mientras que la más barata es Zamora, con 152,23 euros mensuales. En esta línea, Madrid (385,37 €/mes), Donostia- San Sebastián (382,08 €/mes), Palma de Mallorca (379,31 €/mes) y Bilbao (339,41€/mes) completan las cinco primeras posiciones en cuanto a precio, en consonancia con el resto de los estudios que las sitúan como las ciudades más caras de España para vivir. Sin embargo, el listado de las más baratas, lo completan Cáceres (152,30 €/mes), Jaén (159,88 €/mes), Badajoz (160,25 €/mes) y Ciudad Real (161,83 €/mes), sin duda, las mejores ciudades para compartir piso en términos económicos.

Respecto a la oferta, por detrás de Madrid y Barcelona, se encuentran Sevilla (4,92%), Valencia (4,42%) y Granada (4,25%), ciudades muy solicitadas por los jóvenes universitarios y, por tanto, puntos donde también se concentra una parte importante de la demanda nacional (6,96% y 5,08%, respectivamente), aunque Málaga supera a Granada en este caso (4,62% vs 3,77%). En concreto, 10 ciudades españolas concentran el 74,82% de los inquilinos que buscan habitación: Madrid (22,73%), Barcelona (21,92%), Sevilla (6,96%), Valencia (5,08%), Málaga (4,62%), Granada (3,77%), Baleares (2,54%), Las Palmas (2,48%), A Coruña (2,36%) y Vizcaya (2,36%).

En cuanto al equipamiento de este tipo de habitaciones, del estudio se desprende que el 97,80% vienen amuebladas y cerca del 59,25% disponen de calefacción. Sin embargo, nos hemos percatado de que el equipamiento de los pisos anunciados no es tan completo como el año pasado, ya que solo el 53,64% incluye lavadora (un 39,66% menos), un 45,92% dispone de televisión (un 35,45% menos) y un 8,14% tiene teléfono (un 18,29% menos). Al igual que ha sucedido con la instalación de Internet, que ha pasado de un 79,59% al 45,61%. Sin ninguna duda, el extra más presente en este tipo de viviendas es el ascensor (61,53%), el electrodoméstico menos habitual es la secadora (6,84%) y el servicio comunitario más escaso es el gimnasio (0,52%).

Demanda juvenil

En lo que respecta a la edad, los inquilinos más jóvenes constituyen el grueso de la demanda. En este sentido, el reparto de porcentajes se asemeja mucho al del pasado ejercicio. El grupo de edad que va de los 18 a los 25 años supone el 51,01% en 2018 frente al 49,38% registrado en 2017, el 49,44% de 2016, el 49,66% de 2015, el 53,42% de 2014 y el 55,46% de 2013. En 2012 ocuparon el segundo lugar con un 30,17%, pero en 2011 fueron líderes con un 55,19%.

El siguiente rango, de los 26 a los 35 años, ocupa la segunda posición en el ranking este año con un 29,78%, un margen algo más alto que los alcanzados en 2017 (29,28%), 2016 (29,30%), 2015 (29,14%) y en 2014 (28,82%), pero más bajo que el de 2013 (30,93%) y 2011 (32,13%). También ha quedado por debajo de la marca de 2012, cuando con un 44,44% dominaron la demanda.

El tercer lugar es para los inquilinos de entre 36 y 45 años, cuyo 10,78% está por debajo del peso obtenido en 2017 (11,35%), 2016 (11,29%), 2015 (11,10%) y 2012 (15,52%), pero por encima del logrado en 2014 (9,75%), 2013 (8,92%) y 2011 (8,53%). El cuarto sitio es para los que tienen entre 46 y 60 años, que arrojan un porcentaje del 6,36%, introduciendo diferencias con respecto a otros ejercicios: el 7,20% de 2017, el 7,15% de 2016, el 7,22% de 2015, el 5,82% de 2014, el 4,22% de 2013, el 8,27% de 2012 y el 3,81% del 2011. Los mayores de 60 cierran el listado con un 2,07%, un porcentaje más elevado que en 2013 (0,47%), 2012 (1,60%) y 2011 (0,34%), pero más reducido que en 2017 (2,79%), 2016 (2,82%), 2015 (2,88%) y 2014 (2,19%).

Por último, del informe se deduce que el 82,81% de los anuncios publicados no especifica preferencia de género, el 15,05% las viviendas compartidas solo buscan chicas frente al 2,14% que solo acepta a chicos, las parejas son bien recibidas en el 7,36% de la oferta, las mascotas no suponen ningún problema para el 10,42% del total y, en cambio, los fumadores tienen restringido el acceso al 26,08% de los pisos anunciados.

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