EEUU y China abren un nuevo capítulo en su pulso global con un pacto comercial temporal
Guerra Comercial

EEUU y China abren un nuevo capítulo en su pulso global con un pacto comercial temporal

El encuentro entre Donald Trump y Xi Jinping en Busan relanza las relaciones económicas entre las dos mayores potencias, con una reducción del 57 % al 47 % en los aranceles y la reanudación de las compras chinas de soja estadounidense.

Guerra Comercial entre China y EEUU
Guerra Comercial entre China y EEUU

La reunión de los presidentes de EEUU y China marca el arranque de una nueva etapa en su pulso comercial. Tras un año de calma relativa, ambos líderes acordaron reducir tarifas, posponer controles a exportaciones estratégicas y relanzar el comercio agrícola. El pacto, sellado durante la cumbre de Busan, supone una tregua temporal que podría redefinir el equilibrio económico global.

La cita llega tras meses de tensión en los mercados y de advertencias sobre una nueva escalada arancelaria. Las negociaciones celebradas en Kuala Lumpur los días previos allanaron el terreno para un entendimiento más amplio, que combina pragmatismo económico con cálculo político en plena campaña electoral estadounidense.

Reducción y suspensión de aranceles

Washington rebajará los aranceles sobre importaciones chinas del 57 % al 47 %, mientras que Pekín suspenderá durante un año la aplicación de los gravámenes recíprocos del 24 % previstos para noviembre. Además, se mantendrán ciertas excepciones arancelarias, sin detallar qué productos serán beneficiados.

El presidente estadounidense también anunció una reducción del 20 % al 10 % en los aranceles vinculados al tráfico de fentanilo, en paralelo a un compromiso chino para reforzar los controles sobre sustancias químicas precursoras.

La rebaja simultánea de tarifas busca aliviar las presiones inflacionistas y reactivar el flujo comercial entre las dos mayores economías del mundo

Pausa en los controles a exportaciones y tierras raras

EEUU retrasará un año la aplicación de nuevas restricciones de exportación sobre empresas chinas incluidas en su lista de seguridad nacional. A cambio, China suspende por doce meses los controles sobre tierras raras, materiales clave para la industria tecnológica y energética.

Trump calificó el asunto como “resuelto”, aunque los expertos advierten que este frente podría reabrirse en cualquier momento si no se concretan garantías de suministro.

Cooperación antidroga y relanzamiento del comercio agrícola

El pacto incluye un consenso en cooperación antidrogas: Washington moderará sus sanciones y Pekín intensificará las inspecciones sobre laboratorios y puertos. En paralelo, China ha retomado la compra de soja estadounidense, con un compromiso de 12 millones de toneladas antes de enero y 25 millones anuales hasta 2028.

El regreso del comercio agrícola a gran escala refuerza a los productores estadounidenses y simboliza un gesto político de confianza

Congelación de tasas portuarias y marco empresarial

Ambas potencias acordaron congelar durante doce meses las tasas portuarias impuestas mutuamente desde 2024, afectando a los servicios marítimos y a la construcción naval. Además, se incluye un compromiso para “gestionar adecuadamente los asuntos relacionados con TikTok”, permitiendo que su filial en EEUU quede bajo mayoría de capital norteamericano.

Principales compromisos

Medida Situación anterior Nuevo compromiso
Aranceles a importaciones chinas (EEUU) 57% 47%
Gravámenes vinculados al fentanilo 20% 10%
Aranceles recíprocos chinos Previsto 24% en nov. 2025 Suspendidos 12 meses
Controles sobre tierras raras En vigor Aplazados 12 meses
Compras de soja por China Suspendidas desde mayo 2025 12 M t antes de enero / 25 M t anuales hasta 2028

Perspectivas y retos

El entendimiento abre un periodo de distensión pero deja asuntos cruciales sin resolver: la competencia en chips, el acceso de empresas estadounidenses al mercado chino y el desequilibrio comercial estructural. Trump ha confirmado que viajará a China en abril de 2026 para continuar las negociaciones.

La tregua comercial ofrece oxígeno a ambas economías, aunque su sostenibilidad dependerá del clima político y de la evolución tecnológica

La tregua entre EEUU y China supone una pausa calculada en una guerra comercial de largo recorrido. Con ella, las dos potencias buscan aliviar la presión sobre sus economías y estabilizar los mercados globales. Sin embargo, los analistas coinciden en que más que una solución definitiva, el pacto representa una tregua de conveniencia en una rivalidad que sigue muy viva.

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