La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha analizado las consecuencias de la política proteccionista de Estados Unidos, centrada en un nuevo arancel uniforme del 10% a todas sus importaciones.
A través de un modelo económico que cuantifica los efectos a corto plazo, el estudio revela que la medida afectaría significativamente al PIB global y, en especial, al del propio país que la impulsa.
En un mundo interconectado por cadenas de suministro, las guerras comerciales resultan perjudiciales para todos, pero más aún para quien las inicia.
“Las guerras comerciales no se ganan, se financian con menores salarios reales y mayor inflación importada. El mayor perdedor es el que las inicia”, subrayan los autores del estudio
EEUU sería el gran perdedor del arancel del 10%
En su escenario base, Estados Unidos aplicaría un arancel uniforme del 10% a todas sus importaciones. El efecto estimado sería una caída del 0,82% en su PIB durante el primer año, mientras que la economía mundial retrocedería un 0,73% y la española un 0,74%.
Según el estudio, el impacto estaría repartido entre los principales socios comerciales, con Canadá, China, México y la Unión Europea perdiendo entre 0,5 y 0,75 puntos porcentuales de renta. El motivo de esta distribución está en la complejidad de las cadenas de valor globales, donde el encarecimiento de componentes en la frontera estadounidense genera sobrecostes en cascada.
“El comercio ni se crea ni se destruye, se redistribuye”, concluye el estudio, desmontando la lógica proteccionista de los aranceles
Una escalada arancelaria sería devastadora
El informe contempla varios escenarios de escalada arancelaria, en los que se endurecen los gravámenes de forma selectiva. En el más extremo, se mantendría el arancel general del 10%, pero se aplicaría un 25% a Canadá y México, un 15% a la UE y un 145% a China.
Bajo este supuesto, el PIB mundial se contraería un 3,38% y el de EEUU caería un 3,78%, profundizando la recesión y agravando los desequilibrios comerciales. Este escenario ilustra cómo una política arancelaria agresiva puede tener efectos contraproducentes para el propio país que la promueve.
El comercio se redistribuye, no desaparece
A pesar del aumento de los aranceles, el informe revela que el volumen de comercio mundial apenas se reduce. El cociente exportaciones + importaciones sobre PIB desciende solo un 4% a escala global.
La razón es que los flujos comerciales encuentran nuevos destinos. “El arancel actúa menos como un muro y más como una válvula que redirige los contenedores hacia otros puertos”, explican los autores. Uno de los principales beneficiarios es México, que absorbe parte del comercio desviado desde EEUU.