Los empleados temen que la banca se escude en los espías de la CNMV para cargarles ‘el muerto’ de las preferentes

Preferentes

Los empleados temen que la banca se escude en los espías de la CNMV para cargarles ‘el muerto’ de las preferentes

Manifestación de afectados por las preferentes

Los sindicatos consideran que el escándalo de las preferentes se hubiese evitado si la CNMV hubiese vigilado más de cerca los folletos de emisión de estos títulos. Recelo entre los trabajadores del sector financiero después de que ayer la presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, pusiese sobre la mesa la puesta en marcha este mismo año de la técnica de ‘mystery shopping’, a través de la cual enviará agentes de incógnito a las sucursales de los bancos para detectar posibles incumplimientos en las normas de conducta y la comercialización de productos financieros.

Según explicó Rodríguez, el objetivo de esta iniciativa es, por un lado, supervisar cómo se produce realmente la transmisión de información al cliente; y por el otro, comprobar el grado de conocimiento de los productos ofrecidos por parte del personal de la red comercial de las entidades.

Fuentes de FeS-UGT han explicado a ElBoletin.com que “todo lo que haga la CNMV” para que la comercialización de productos financieros se realice “con suficiente claridad nos parece bien”.

Sin embargo, estas mismas fuentes han mostrado su “preocupación” por el hecho de que estos ‘espías’ de la CNMV puedan servir como “excusa” a los bancos a la hora de quitarse responsabilidad en la comercialización de productos como las polémicas preferentes.

Esta preocupación no es baladí teniendo en cuenta las recientes declaraciones de Miguel Blesa ante la Audiencia Nacional, cuando el expresidente de Caja Madrid llegó a insinuar que las posibles irregularidades que se cometieron en la venta de las preferentes las podrían haber cometido el departamento de marketing y los directores de oficina. “Yo confiaba en los directores de las sucursales”, llegó a asegurar al juez Andreu.

Los sindicatos consideran además que los “fallos” que permitieron el escándalo de las preferentes no se produjeron en el momento de la comercialización por parte de los trabajadores de las sucursales, sino en los propios folletos de emisión de estos productos, que fueron aprobados por la CNMV.

“La clave está en el folleto que se publica, que sea claro y comprensible para el cliente”, señalan los representantes de los trabajadores, una responsabilidad que corresponde al banco y a la CNMV. Si los esfuerzos se hubiesen centrado en ese momento, “no hubiese ocurrido nada”.

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