La mejoría de los mercados permite a los bancos vender sus carteras de deuda pública española a unos precios más altos de los que pagaron por hacerse con estos bonos. El círculo vicioso entre la deuda soberana y la banca, principal compradora de estos títulos, supuso uno de los mayores quebraderos de cabeza en los momentos más álgidos de la crisis originada en Grecia. Sin embargo, el regreso de una calma relativa a los mercados ha supuesto una sorpresa positiva para los bancos, entre ellos los españoles, que ahora están aprovechando para reducir sus carteras de deuda pública obteniendo una jugosa rentabilidad.
Los bancos españoles, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Banco Central Europeo (BCE), tienen una cartera total de bonos soberanos de 272.000 millones de euros. Aunque la cifra aún triplica los 94.000 millones que tenían en 2007, sí es cierto que en los últimos meses han ido deshaciendo sus posiciones, lo que les permite obtener unos buenos beneficios al tiempo que les prepara mejor para los test de estrés y el AQR a los que se someterán este año antes de que el BCE pase a ser el supervisor único.
En concreto, las entidades españolas vendieron 22.400 millones de euros en bonos de deuda soberana en diciembre, después de que en noviembre ya hubiesen reducido sus carteras en 10.600 millones. Precisamente en el penúltimo mes del año pasado la cifra bajó de los 300.000 millones por primera vez desde abril de 2013.
Los bancos italianos también aceleraron las ventas de deuda soberana en diciembre, con una disminución de 15.700 millones, después de que en noviembre la cartea hubiese aumentado ligeramente. No obstante, con un valor de mercado de 410.900 millones de euros, la tenencia de deuda pública soberana de la banca italiana sigue siendo la más alta de la eurozona.
Las entidades francesas también deshicieron posiciones, con unas ventas de 21.200 millones. Ajustado por valor de mercado, la cartera de deuda pública soberana de los bancos franceses cae a 262.000 millones. Además, los bancos portugueses redujeron sus tenencias de deuda pública en 4.300 millones de euros, con lo que la cartera total se sitúa en 37.400 millones a precios de mercado.
Durante la crisis, muchas voces han criticado que los bancos estaban aprovechando la liquidez barata ofrecida por el BCE en sus subastas para después invertir el dinero en bonos soberanos, que ofrecen una rentabilidad mucho más alta, una operación conocida en los mercados como carry trade.
Sin embargo, la caída en la rentabilidad de los bonos públicos les ha abierto ahora a los bancos una nueva oportunidad de negocio también lucrativa, y mucho menos polémica. Como compraron estos títulos a unos rendimientos muy altos y por ende a unos precios muy bajos, ahora que ha regresado la confianza a los mercados los pueden vender a unos precios más altos.
La tendencia se puede observar especialmente en la banca mediana, ya que en los grandes bancos su fuerte internacionalización y gran tamaño hace que estas magnitudes se diluyan. Así, el Sabadell anunció en sus cuentas a diciembre un espectacular incremento del 170% en sus resultados por operaciones financieras, donde se incluye esta partida, hasta los 1.480 millones de euros. La cifra representa prácticamente un 40% de sus ingresos anuales.
En Bankinter, los resultados por operaciones financieras se dispararon un 58% hasta los 229 millones de euros. En el Banco Popular, que presentó sus cuentas el viernes, esta partida de la cuenta de resultados subió un 51,6% hasta los 462,1 millones a diciembre.
El bono español de referencia ofrecía ayer antes del cierre en el mercado secundario una rentabilidad, que se mueve de manera inversa al precio, de un 3,66%, con la prima de riesgo ligeramente por debajo de los 200 puntos básicos. En julio de 2012, cuando el mercado especulaba con un posible rescate de España, el rendimiento del bono llegó a superar el 7%, casi el doble de los niveles actuales, y el diferencial con Alemania los 580 puntos.
