La reestructuración de las cajas rescatadas aflora las disensiones entre los sindicatos

Cajas de ahorro

La reestructuración de las cajas rescatadas aflora las disensiones entre los sindicatos

Sede de UGT en Madrid

El proceso de reestructuración de las cajas de ahorros no sólo ha provocado enfrentamientos entre las entidades y los sindicatos, sino también en el seno de los representantes de los trabajadores. La guerra interna vivida entre los sindicatos de Liberbank tras el polémico acuerdo firmado por UGT y CCOO, que establece bajadas de sueldo considerables para la plantilla, no es un caso aislado en el seno de las antiguas cajas de ahorros desde que se inició la reestructuración del sector financiero. En entidades como Novagalicia, Caja España-Duero o BMN se han vivido momentos de tensión entre los representantes de los trabajadores, a veces más enfrentados entre sí que con las direcciones.

El caso de Liberbank es paradigmático. La entidad surgida de la fusión de Cajastur, Caja Cantabria y Caja Extremadura apenas ha recibido ayudas públicas de 124 millones de euros (en parte gracias a haber dado esquinazo a tiempo a la CAM), y quizás por ello ha sido en la que más difícil ha resultado la negociación de un ajuste laboral. En un principio, los sindicatos se unieron en contra del plan de ajuste planteado por la dirección, hasta el punto de que Liberbank decidió aplicarlo por su propia cuenta.

Sin embargo, apenas unos días después, el 25 de junio, Liberbank anunciaba por sorpresa un acuerdo con UGT y CCOO, en el que se incluían reducciones de jornada (y salario) de hasta un 50%. Este acuerdo levantó en armas al resto de sindicatos (CSICA, CSIF, APECASYC, CSI y STC), que en total tienen casi un 40% de la representación laboral, hasta el punto de que algunos de ellos lo han llevado a los tribunales. La sentencia se conocerá en breve.

El acuerdo también ha supuesto un desgaste para UGT, ya que poco más que un mes más tarde, los tres delegados del sindicato en Caja Cantabria abandonaban la formación para pasarse a CSICA. Asimismo, UGT se encuentra dividida tras la negativa de los representantes de UGT Liberbank en Asturias y Extremadura de conformar una sección sindical única con los de Banco CCM.

Otra de las entidades en la que ha existido polémica entre los sindicatos es Novagalicia, en la que en febrero se acordó un ERE para 1.850 trabajadores que contó con el apoyo de UGT, CCOO y CSICA, que ostentan el 81% de la representación. En un principio todos los sindicatos estaban de acuerdo con el preacuerdo alcanzado, pero a la hora de la verdad CIG, ASCA y CGT no suscribieron el texto, lo que propició un cruce de declaraciones entre las dos facciones.

ASCA y CIG impugnaron el acuerdo ante los tribunales, pero la Audiencia Nacional desestimó la demanda. Desde entonces, es común algún cruce de comunicados, sobre todo en lo que concierne a la próxima subasta de Novagalicia.

Donde parece que están más superadas las diferencias entre representantes de los trabajadores es en Ceiss, el banco de Caja España-Duero, después de que a mediados de septiembre UEA y CCOO decidiesen retirar la demanda que habían interpuesto contra el ERE firmado entre la dirección y UGT y CSICA (con un 71% de la representación), que afectará a 1.230 empleados del grupo.

En BMN la polémica surgió el año pasado cuando sindicato nacionalista UOB (Unió Obrera Balear) bloqueó las bajas voluntarias en Sa Nostra, socia junto a Caja Murcia, Caja Granada y Caixa Penedés, de la entidad, que se habían acordado con UGT y CCOO, provocando otro cruce de declaraciones.

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