Antonio Orts, el afectado por las preferentes de Bankia que, ayer en su turno de palabra en la agitada junta de accionistas de la entidad, decidió desnudarse para llamar la atención de los presentes, ha vuelto a la carga. Ahora pide que a los responsables de la ruina financiera en que para muchos se ha convertido la nacionalizada se les embarguen “todos sus bienes, hasta la última silla”.
El ahorrador, natural de Gandía e invidente, ha pedido que la justicia actúe contra los que han echado por la borda los ahorros de muchos clientes de Bankia no inversores y, por tanto, no capacitados para suscribir participaciones preferentes. En este sentido, el afectado ha señalado que él no pudo ver el contrato y se fio del consejo de su banquero. “No los vamos a meter en la cárcel porque no podemos”, ha dicho, con la esperanza de que al menos sí pueda recuperar los 45.000 euros que tenía invertidos en estos complejos papeles de deuda híbrida.
Además de pedir que los responsables de la debacle de Bankia paguen con su propio patrimonio las pérdidas que ahora soporta en su cartera, Orts les ha lanzado una curiosa invitación: “Que vayan a las colas de los comedores sociales y pasen vergüenza”. La misma vergüenza que dice, pasan miles de preferentistas que han perdido los ahorros de “toda una vida”.
El ahorrador gandiense ha justificado además su decisión de ayer de quedarse en calzoncillos ante el auditorio congregado para la junta de Bankia. “Me faltaban segundos y pensé: Una imagen vale más que cien palabras”, ha confesado este miércoles al espacio ‘Más vale tarde’ de La Sexta. “Yo no podía ver al presidente, pero ningún responsable de Bankia se acercó a mí”, prosigue en la defensa de una protesta que hoy se ganaba la atención de varios medios internacionales. Reto conseguido, pues mientras se quitaba la ropa profería a voces: “Para que todo el mundo y Europa vea cómo me ha dejado Bankia”.
Orts ha completado su testimonio en la cadena de Atresmedia pidiendo soluciones ya al problema de las preferentes. “No quiero que me envíe una corona de flores al nicho diciendo Bankia no te olvida”, sentenciaba él. No fue el único en protestar en la junta de accionistas. Hasta 130 inversores , muchos de ellos forzosos a través del canje de preferentes tomaron la palabra. Entre ellos, también obtuvo sus tres minutos estipulados la afectada que hace unas semanas recibía a Miguel Blesa en el penal de Soto del Real al grito de: “¡Ladrón, púdrete en la cárcel!”.
