La crisis de la banca española ha puesto en el ojo del huracán a las auditoras que en su día avalaron las fusiones de las cajas de las que surgieron los nuevos bancos. Pero entre todas ellas destaca Deloitte, quien se encargó de auditar a bancos como Bankia, Novagalicia, Banco de Valencia o CatalunyaCaixa, y que ahora vuelve a estar en el ojo del huracán por su labor en Caja España-Duero.
“Técnicos de la empresa están realizando trabajos ‘técnicos’, con Deloitte de maestro de orquesta, cara a la llegada del FROB”, señala la sección sindical de UGT en Caja España-Duero en una circular en la que dice que “las consultoras y auditoras a los trabajadores nos dan pánico. Y en el caso de Deloitte con más que evidentes motivos ya que históricamente ha sido consultora y auditora de cabecera antes y después de la fusión, sin que a lo largo de todos estos años haya puesto una sola salvedad”.
El sindicato carga con dureza contra las auditoras en general, no sólo Deloitte, ya que señala que “reciente tenemos el trabajo elaborado por KPMG de nuestros planes de negocio y viabilidad que ya vemos donde nos han llevado”.
“Es sabido que estas empresas no tienen alma y que nunca piensan que tras los números hay personas”, señala el sindicato, que concluye que ahora “empieza a vislumbrarse” la “escasa calidad de su trabajo que se limita a escribir lo que solicita quien encarga sus servicios para luego pasar increíbles minutas”.
El descontento de los representantes de los trabajadores se produce en un momento en que el futuro de Caja España-Duero se encuentra en el aire ante la incertidumbre de si finalmente será absorbida por Unicaja o nacionalizada para una posterior subasta.
El pasado diciembre, Bruselas aprobó el rescate de Ceiss, el banco de la caja castellana, por valor de 604 millones de euros. A cambio de esta ayuda, la Comisión Europea exigirá una reducción del balance de la entidad del 30%, así como el cierre de 260 oficinas y el recorte de 1.500 empleos en un plazo de dos años.
