Las tesis alemanas de que el BCE sólo supervise a las entidades sistémicas han encontrado un poderoso aliado en la Presidencia rotatoria de la Unión Europea que este semestre ostenta Chipre. De cara a la reunión de los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) de mañana y tras el fracaso del Ecofin del pasado 4 de diciembre, la Presidencia chipriota ha lanzado una propuesta de compromiso según la cual el BCE sólo supervisará directamente a los bancos sistémicos, concretamente cuyos activos superen los 30.000 millones de euros, mientras que el resto de las más de 6.000 entidades bancarias de la zona del euro quedarán bajo control de las autoridades nacionales, según informa Europa Press.
Aunque la propuesta puede ser modificada durante la reunión del Ecofin, todo apunta que Alemania verá satisfechas sus aspiraciones de que el 37% de su sistema financiero, compuesto por cajas de ahorros (landerbanks) y bancos regionales, quede al margen de la supervisión única y sean las autoridades nacionales las que controlen estas entidades. Y es precisamente este destacado segmento financiero el que, según distintos expertos, tendría que ser recapitalizado o liquidado si se examinase con el mismo rigor que al conjunto del sistema español.
Mapa de carreteras con retraso
Lo que a estas alturas está claro es que la culminación de la Unión Bancaria va para largo. En el seminario “Roadmap towards a Banking Union” (Mapa de carreteras hacia la Unión Bancaria), organizado la semana pasada en Bruselas por el Parlamento Europeo, los europarlamentarios que trabajan en esta vital iniciativa coincidieron en manifestar que resultaría milagroso que antes de fin de año concluyeran las negociaciones sobre el supervisor único. También recordaron que el calendario establece que el 1 de enero de 2013 comienza la supervisión única en la zona del euro, el 1 de julio de ese año debería empezar la supervisión de las entidades sistémicas y el 1 de enero de 2014 todos los bancos del área estarían bajo la vigilancia del BCE.
Algo que cada día parece más improbable, entre otras cosas, porque el compromiso chipriota prevé además la posibilidad de retrasar hasta abril de 2014 la entrada en funcionamiento pleno del supervisor único, y con ello la recapitalización directa de los bancos con cargo al fondo de rescate (MEDE).
De García Margallo hasta ahora
Pero es que en el Parlamento Europeo, que lanzó la propuesta de Unión Bancaria hace ya dos años (con el actual ministro de Exteriores Español, José Manuel García Margallo como uno de los entonces europarlamentarios promotores de la iniciativa), no está del todo claro el papel del BCE como supervisor único. Hay quien defiende que debería ser la Autoridad bancaria Europea, (EBA) creada precisamente en 2010, la que asumiera ese rol. El que sí asegura estar preparado para avanzar en este decisivo cimiento de la construcción europea es el propio Parlamento Europeo, que ya ha tramitado más de 1.000 enmiendas en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios. La presidenta de esta Comisión, la británica Sharon Bowels, señala que el Parlamento Europeo espera encontrar un camino para seguir adelante pero ahora sólo puede esperar a que el Consejo Europeo (integrado por los 27 jefes de Gobierno de la UE, su presidente, Hermann Van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso) le otorgue el mandato para seguir negociando.
Otros europarlamentarios recuerdan que el supervisor único es una de las tres patas sobre las que se asienta la Unión Bancaria, que debe completarse con el Fondo de Garantía de Depósitos Europeo y el Fondo de Reorganización y Resolución Bancaria (recapitalización y liquidación de entidades), y los ambiciosos plazos marcados por la Comisión Europea, que en 2014 los 6.000 bancos de la zona del euro sean supervisados por el BCE, resultan una clara utopía.
De Guindos y el rescate ‘light’
Lo que ya empieza a denominarse como una victoria alemana, choca de plano con los intereses de países como Francia y España que precisamente defienden que todos los bancos, por pequeños que sean, estén bajo la tutela del BCE. Si triunfan la tesis germano-chipriotas, España vería muy complicada su aspiración de que sea el MEDE el que inyecte fondos directamente en las entidades con problemas (lo que evitaría engordar el ya de por sí enorme déficit público español), aunque el propio ministro de Economía español, Luis de Guindos, quitó hierro a esa posibilidad al manifestar que España tiene «encauzada una solución» para sus entidades con problemas, refiriéndose a la asistencia financiera acordada con sus socios europeos.
De hecho, hay quien asegura en Bruselas que el acuerdo de recapitalización de la banca española por importe de 100.000 millones de euros, el rescate light, fue pactado entre Alemania y España sin luz ni taquígrafos.
Complejo alemán
La férrea posición de Alemania, que no desea perder la autonomía de buena parte de su sistema bancario, es calificada en círculos del Parlamento Europeo de arrogante y se la llega también a definir como un “complejo de superioridad” de las autoridades germanas
Alcance de la propuesta de Chipre
El documento de la Presidencia chipriota establece que el BCE controlará directamente sólo a esas entidades cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del Estado miembro en el que están basadas. También a los bancos que tengan filiales en al menos tres países participantes en el sistema. En cualquier caso, la norma establece que el órgano dirigido por Mario Draghi debe supervisar al menos dos bancos por país participante en el supervisor único, explica Europa Press, que ha tenido acceso al documento.
Además, el BCE podrá «en cualquier momento, por su propia iniciativa o por petición de una autoridad nacional competente, decidir ejercer él mismo directamente todos los poderes relevantes» sobre cualquier entidad pequeña si lo considera necesario.
El límite de los 30.000 millones podría modificarse durante la negociación de mañana. Además, todavía hay pendientes otras reservas de Alemania, Reino Unido y Suecia por lo que no es seguro que el Ecofin pueda cerrar el acuerdo.