El proceso de fusión entre Unicaja y Caja España-Duero, que lleva ya más de un año de retraso, podría aprobarse la próxima semana, ante la presión de Bruselas para que antes de Navidad haya quedado completamente clarificados el nuevo mapa bancario español y las ayudas que deberán recibir las entidades en apuros.
Según publica Cinco Días, el próximo miércoles 12 de diciembre está previsto que se reúna el consejo de administración de la caja malagueña, con Braulio Medel al frente, para abordar esta operación. No obstante, fuentes de Unicaja consultadas por EL BOLETÍN, han señalado que no hay confirmada ninguna fecha todavía para esta reunión.
Unicaja y Caja España-Duero tienen hasta poco antes de Navidad, el próximo 20 de diciembre, para acometer su proceso de fusión. Esa es la fecha que el propio comisario de Competencia y vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, dio para aprobar los planes de reestructuración y recapitalización de las entidades que no cumplen con el capital exigido. Es el caso de la caja castellana, que necesita 2.063 millones para cumplir con el escenario más adverso contemplado por el test de estrés de Oliver Wyman. A Unicaja, por el contrario, le sobran 452 millones.
La única opción que tiene Caja España-Duero para evitar la nacionalización pasa por la fusión con Unicaja, que lleva aplazada más de un año. La entidad andaluza estaría presionando, según apuntan los rumores del mercado, para que Caja España-Duero ceda sus activos inmobiliarios tóxicos al ‘banco malo’ y sólo posteriormente se integre con Unicaja, con un peso inferior al pactado inicialmente.
La intención de la entidad que preside Braulio Medel es hacerse con al menos un 90% de la futura entidad, cuando el acuerdo inicial entre ambas, alcanzado en verano de 2011, otorgaba una participación del 70% para Unicaja, por el 30% para Caja España-Duero.







