CCOO ha cargado con fuerza contra la dirección de BMN, cuyo futuro está en el aire, después de que “como de un conejo salido de la chistera”, algunos trabajadores de BMN en Madrid hayan sido “citados para hacerles entrega de una carta con la suspensión de contrato por tres y seis meses”.
Según un comunicado del sindicato, “esta decisión de la dirección muestra la ínfima sensibilidad hacia una plantilla que está trabajando con un sobreesfuerzo nunca recompensado”.
CCOO denuncia las formas con las que están notificando las suspensiones en Madrid en lo que se refiere a varias cuestiones: “falta de transparencia y responsabilidad en cuanto en la última reunión de la Comisión Central de Seguimiento y Garantías, ya que la entidad “nunca mencionó que la aplicación inmediata de las suspensiones fuera en este territorio. Si es así, deben informar con antelación”.
El sindicato, que considera que se está menospreciando “la interlocución sindical”, critica además “la falta de ética mostrada por los territoriales y jefes de zona, su poca profesionalidad y su sumisión a preceptos moralmente reprochables, a la hora de notificar con sólo un día de margen que el trabajador/a debe irse a su casa tres o seis meses. En ese sentido, CCOO ha exigido a la dirección un cambio radical en su política de aplicación del Acuerdo Laboral del pasado mes de mayo en Madrid.
BMN, surgido de la fusión de Caja Murcia, Sa Nostra, Caixa Penedès y Caja Granada, necesita 2.208 millones de euros para cumplir con Oliver Wyman, y tiene muy difícil poder lograrlos pos sí mismo. La entidad inició a finales de agosto el ‘Segundo Plan de Adecuación Laboral’, que estará ejecutado previsiblemente para este mismo mes. 389 trabajadores presentaron solicitudes para adherirse a esta nueva reestructuración de la plantilla, de los que 353 han pedido bajas voluntarias, 25 suspensiones y 11 excedencias. Unido al anterior recorte llevado a cabo, habrán abandonado ya sus puestos 650 empleados antes de ver las nuevas condiciones impuestas por Bruselas.
