La directora gerente del FMI; Christine Lagarde, lo tiene claro: los inversores institucionales de todo el mundo deben invertir en el Fondo de Rescate del euro para conseguir que este aumente su potencia de fuego y también para facilitar la aplicación de programas de salvamento en países con problemas como España.
En opinión de Lagarde, la concurrencia de inversión privada y dinero público en los mecanismos financieros de aseguramiento del euro daría mayor flexibilidad a los programas de ajuste que deben imponerse a estas economías.
No obstante, la idea no es nueva y, al menos hasta ahora, no ha tenido el éxito esperado ante la reticencia de los fondos soberanos a entrar en el juego. Sin embargo tanto el FMI como Alemania estarían considerando, según se afirma en algunos portales financieros, abrir el abanico de posibles inversores.
Eso permitiría, por ejemplo, la entrada de algunos fondos de pensiones, como los japoneses que buscan activos seguros con una rentabilidad algo superior a la que les ofrece su propio Tesoro.
