La letra pequeña de las renuncias a sus indemnizaciones de Rato e Izquierdo

Economía

La letra pequeña de las renuncias a sus indemnizaciones de Rato e Izquierdo

La polémica suscitada por las indemnizaciones a las que tenían derecho el ex presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y el director financiero de Bancaja, Aurelio Izquierdo, se ha cerrado parcialmente tras renunciar ambos a ellas. Sin embargo, la letra pequeña muestra que aún se arrogan ciertos privilegios.

El consejo de administración de Bancaja ha aceptado la decisión de Aurelio Izquierdo, director financiero de la entidad, de renunciar a sus derechos de prejubilación, derivados del contrato suscrito con motivo de su nombramiento como director general en septiembre de 2007. Sin embargo, la renuncia se produce sólo sobre una parte. En concreto, Izquierdo ha renunciado a los derechos de prejubilación, que ascienden a un importe de 6,3 millones de euros, mientras que mantiene los derechos sobre su pensión de jubilación, que suponen un total de 7,6 millones de euros

El director financiero de Bancaja tenía unos derechos de pensión acumulados por importe de 13,9 millones de euros que podría ejercer cuando dejara la entidad. La renuncia de Izquierdo implica que las aportaciones realizadas y devengadas por ese concepto a una entidad de previsión “podrán destinarse a actividades de la Obra Social”, según ha indicado Bancaja.

Izquierdo ha tenido un último año frenético. Desde 2007 fue la mano derecha de Olivas como director general de Bancaja, puesto que dejó para asumir el de director general de Negocio de Bankia en junio de 2011. En octubre de ese mismo año, dejó la entidad que reside Rodrigo Rato para dirigir el Banco de Valencia, primero como consejero delegado y luego como presidente, hasta la intervención de la entidad por el Banco de España en noviembre.

La primera decisión del supervisor fue la de relevar a toda la cúpula directiva del banco, dejando a Aurelio Izquierdo sin trabajo de nuevo, y propiciando su reinserción en Bancaja. De hecho, de no haber regresado a la caja valenciana, en la que empezó a trabajar en 1988, ya habría percibido los 13,9 millones de euros de indemnización.

En el caso de Rodrigo Rato, aún presidente de Caja Madrid tras dimitir de la presidencia de Bankia, ha pedido al banco que no aplique la cláusula de concurrencia de su contrato, que evita que pueda trabajar en cualquier entidad financiera en los próximos dos años, y que conlleva asimismo la renuncia formal a la posible indemnización de 1,2 millones de euros que le correspondería.

A la espera que el comité de retribuciones de Bankia se reúna y tenga que tomar una decisión al respecto, el ex vicepresidente del Gobierno recuerda por carta a su sucesor, José Ignacio Goirigolzarri, que en su contrato como primer ejecutivo de Bankia, firmado a principios de septiembre del pasado año, existía una cláusula, con la que se puede impedir que acabe trabajando en otra entidad financiera.

Según publica la agencia Efe, estas cláusulas, que se denominan ‘pactos de no competencia’, son habituales entre los altos directivos de las grandes empresas y de hecho, el propio Goirigolzarri tenía una que le permitió abandonar BBVA, comprometiéndose a no trabajar para otras entidades en los dos años siguientes.

El objetivo principal de estas cláusulas es impedir que la información confidencial que manejó una persona clave en una compañía acabe llegando a un competidor. El comité de retribuciones deberá decidir si se aplica esa cláusula y mantiene el pacto de no concurrencia post-contractual con Rato, lo que lleva aparejado una indemnización de 1,2 millones de euros, equivalente a dos anualidades del ex presidente.

Ésa es la explicación por la que Rato, aunque dimitió como presidente de Bankia, puede llegar a cobrar esa compensación, que dependerá en última instancia del nuevo equipo del grupo financiero.

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