El futuro del Grupo Prisa, en manos de Berlusconi

Economía

El futuro del Grupo Prisa, en manos de Berlusconi

Silvio Berlusconi, accionista mayoritario de Mediaset España, tiene en su mano el futuro más inmediato de Prisa. Este mismo mes de marzo tendrá que decidir si permite a la española cerrar la venta del 17,3% que posee de la antigua Telecinco o si, por el contrario, la obliga a permanecer en su capital hasta final de año.

Los máximos responsables de Prisa han mostrado en repetidas ocasiones su interés por deshacerse de su paquete accionarial en Mediaset España con el fin de mejorar su balance financiero (a precios de mercado aportaría unos ingresos de unos 303 millones) y afrontar con más holgura su calendario de refinanciación de deuda. Sin embargo, la presidida por Ignacio de Polanco ha estado hasta ahora atada de pies y manos por un pacto suscrito entre ambas compañías hace dos años.

Este mes de marzo, el exmandatario Berlusconi debe decidir si solicita de nuevo a las autoridades de Competencia su derecho a veto en el consejo de Canal +, como ya hizo sin obtener sus deseos en 2010. A consecuencia de esto y en virtud del pacto ya nombrado, obligaría a Prisa a mantenerse fiel hasta que el supervisor se pronunciase al respecto, previsiblemente a final de año.

La otra opción, que según los expertos es menos probable, es que el milanés desista de sus pretensiones en el canal de pago y, así, dé vía libre a la de Polanco para desinvertir, algo que también presionaría aún más a la baja el precio del grupo televisivo.

El propio Ignacio de Polanco ha reconocido en una reciente entrevista a la agencia Bloomberg que la venta de su parte de Mediaset “está prevista” siempre que las circunstancias lo permitan. Sin embargo, el directivo no hace mención al posible bloqueo de Berlusconi, sino a las difíciles circunstancias que encara el parque español.

De un año a esta parte, la antigua Telecinco ha caído un 51% en Bolsa y desde Prisa se repite como un mantra que tiempos mejores vendrán en los que la venta pueda borrar de un plumazo una considerable cantidad de deuda en el grupo de medios. Una deuda que, a cierre de 2011, alcanzaba los 3.533,5 millones de euros frente a una capitalización bursátil de menos de 364 millones.

Los bancos acreedores ya han invitado a Prisa a mejorar su balance a través de la venta de activos y Mediaset España parece la pieza clave de este proceso. La de Juan Luis Cebrián entró en el capital de Mediaset mediante un acuerdo que éste fraguó con el consejero delegado de la italiana, Paolo Vasile, hace un par de años. La transalpina se comprometía a hacerse con un 22% de Canal + a cambio de un 17,3% de sus propias acciones, siempre y cuando obtuviera derecho de veto en el consejo de la emisora de pago, donde están presentes la misma Prisa (56%) y Telefónica (22%).

En 2010, las autoridades negaron este derecho a la de Berlusconi, que blindó su contrato de intercambio de acciones hasta este mes de marzo, fecha en que puede intentar de nuevo el visto bueno a su veto en Canal +. En caso de que ésta fuera la opción elegida y Competencia se mantuviese en sus trece, el sueño de Prisa podría verse frustrado por completo.

El magnate italiano podría optar por rescindir el acuerdo con el grupo español y que cada cual se quedara con lo suyo. El resultado para la de Cebrián sería una mejora en las cifras de Ebitda acompañada de más impuestos y previsiblemente recorte de beneficios y el adiós a la posibilidad de hacer caja con el 17,3% de Mediaset, que volvería a manos de Silvio Berlusconi, actualmente con un peso del 41,55% en el capital social de su marca para España.

Los analistas consideran que la opción más positiva para Prisa es también la que, por el momento, parece más remota. Berlusconi debería dar por perdido su asalto al consejo de administración de Canal + y optar por mantener su cruce de participaciones con el grupo mediático editor de El País.

El mercado publicitario tampoco remonta el vuelo y las perspectivas de los expertos para Prisa en este 2012 no pintan halagüeñas si no se avanza en el plan de desinversiones. Por el momento, y a la espera de que este mes el aglomerado de Berlusconi decida de forma colateral el futuro más inmediato de Prisa, sus directivos ya han anunciado que seguirán apostando por la reducción de costes para salvar sus cuentas.

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