España tiene cubiertos ya todos los vencimientos del trimestre y un tercio de las necesidades de financiación del ejercicio. En poco más de mes y medio el instituto emisor ha colocado en el mercado deuda valorada en 38.400 millones de euros, gracias al respaldo de los inversores.
En la subasta de hoy, el deterioro que reflejaban los mercados de deuda apenas ha tenido un impacto significativo en la demanda. De hecho, el Tesoro ha adjudicado 4.074 millones de euros en bonos, algo más del importe máximo previsto.
Pero esta cantidad podría haber sido todavía mayor dada la amplia demanda, que ascendió a 11.690 millones, casi el triple de lo adjudicado. En concreto, las peticiones superaron la oferta 4,4 veces en los bonos con vencimiento en enero de 2015 (el doble que las 2,2 veces de la anterior subasta), en 2,2 veces (frente al 1,6 previo) en los bonos con vencimiento en julio de 2015, y en 3,3 veces (2,1) en los títulos con vencimiento en 2019.
Los costes de la colocación han arrojado un resultado dispar. La rentabilidad media en los bonos con vencimiento en enero de 2015 se ha desinflado desde el 4,984% hasta el 2,966%. Sin embargo, en los bonos que vencen en julio de 2015 el rendimiento medio ha subido desde el 2,861% anterior hasta el 3,332%. En los títulos a más largo plazo, a siete años, el interés ha caído del 5,325% al 4,832%.
El Tesoro Público ha pisado el acelerador para aprovechar el apetito del mercado. Las peticiones de los inversores han sido tan altas que el organismo ha podido conseguir incluso más dinero del que se había fijado como objetivo de financiación en un primer momento y las colocaciones ya superan en un 60% a las del año pasado por estas fechas.
La mayor demostración de esta realidad se observó en la primera emisión del año, celebrada el 12 de enero, en la que consiguió casi 10.000 millones en bonos a tres y cuatro años, prácticamente el doble del objetivo máximo definido en 5.000 millones.
