Economía veta los proyectos de Cascos y Feijóo para sus cajas

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Economía veta los proyectos de Cascos y Feijóo para sus cajas

La reforma financiera que aprobó el pasado viernes el Gobierno ha puesto definitivamente la puntilla al proyecto de Alberto Núñez Feijóo para Novacaixagalicia, así como al de Francisco Álvarez Cascos para Cajastur. Una vez que ambas cajas se conviertan en fundaciones, pasarán a estar tuteladas directamente por Economía.

El ministro de Economía, Luis De Guindos, explicó el pasado viernes que las cajas deberán convertirse obligatoriamente en fundaciones en cuanto controlen menos del 25% de los bancos a los que traspasaron sus negocios financieros. Hasta ahora, el umbral mínimo era del 50%, por lo que la normativa es favorable a la pervivencia de las cajas en su actual forma jurídica.

Sin embargo, el Gobierno ha añadido en la letra pequeña que será la administración central y no las autonomías la que pase a tutelar estas fundaciones, un vuelco respecto a la normativa anterior. La explicación oficial es que las cajas tienen negocio en más de una autonomía, por lo que no se entendería la tutela de los gobiernos regionales. La oficiosa es que, como fundaciones, las cajas aún tendrían mucho peso en el capital de los bancos pese controlar menos del 25%, y existía el temor de que al quedar bajo el control directo de las autonomías, se mantuviese su politización.

El cambio da al traste con los planes de Feijóo para la caja gallega. Novacaixagalicia controla apenas un 7% de Novagalicia tras la nacionalización de la entidad, y a pesar del plan de captación de inversores privados, es muy difícil que pueda llegar a alcanzar el 25% antes de otoño, plazo máximo que le ha dado el Gobierno antes de que sea subastada.

También supone un duro golpe para Francisco Ávarez Cascos, que prepara ya el camino para su reelección al frente del Gobierno del Principado de Asturias. Una de las propuestas de Cascos, ya en la campaña anterior, fue que Cajastur, una vez segregado el negocio financiero a Liberbank, se convirtiese en una fundación, una fórmula que facilitaría su control público desde las administraciones asturianas.

Con esta conversión Cascos defendía que “se aleja el riesgo cierto de operaciones especulativas de quienes puedan tener la tentación personal de malvender acciones de Effibank [hoy Liberbank] a un tercero a cambio de beneficios particulares”, según una carta que envió a los consejeros de Cajastur.

“Estamos ante un moderno expolio tan inadmisible como dañino para la economía del Principado y para la de España”, señalaba en la misiva.

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