Las cajas de ahorros menos afectadas por la crisis económica empiezan a buscar presas más allá de sus fronteras regionales y los Gobiernos autonómicos no le hacen ascos a esta cuestión, sino más bien todo lo contrario. Esta misma mañana, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, se mostró abierto a que las entidades andaluzas se vayan de compras por otras comunidades autónomas.
“Lo que queremos es, primero, si podemos, hacer una fusión en Andalucía, y así la posición para hacer fusiones interregionales luego será más sólida”, afirmó Griñán en un desayuno organizado por Europa Press. No obstante, el presidente de la Junta recalcó que si se llega a constituir una gran caja de ahorros andaluza, “la sede estaría en Andalucía”, al tiempo que se mostró partidario de hacer uso del Estatuto de autonomía que habilita a los Gobiernos regionales a vetar fusiones de cajas de ahorros de su territorio si no ve conveniente la operación.
También en Galicia, las cajas están dispuestas a estudiar oportunidades fuera de la autonomía, si bien en la región gobernada por Núñez Feijóo aún no ha salido a la luz ningún movimiento, las entidades reconocen las ventajas que conllevan este tipo de operaciones en el actual entorno. Según han señalado fuentes de Caixa Galicia en declaraciones a EL BOLETÍN “las fusiones pueden generar importantes ventajas para sus integrantes”.
Por ello, consideran que “cualquier opción ha de ser estudiada siempre, ya sea entre cajas de la misma comunidad para crear una entidad fuerte autonómica, como entre cajas de distintas comunidades buscando complementariedades si existiera esa posibilidad jurídica”.
El mapa financiero español está en plena reestructuración y algunas de las cajas que se hallan en pleno proceso de fusión están estudiando los fondos que solicitarán al nuevo Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Caixa Sabadell, Caixa Tarrasa y Caixa Manlleu pedirán unos 350 millones, mientras que en el caso de Caja Sur, Unicaja y Caja de Jaén aún no ha trascendido la cuantía.
En este sentido, algunos sectores del PP que en estos momentos no tienen demasiado protagonismo explican que la reacción del partido ante el FROB es demasiado tibia porque facilita que las cajas de aquellas autonomías gobernadas por el PSOE puedan absorber a las del resto de las comunidades autónomas. Según explican, en lugar de que primen los rescates de las entidades que realmente atraviesan por una delicada situación financiera, el modelo actual favorece los intereses políticos y económicos.
