En el sector financiero madrileño se da por descontado que una de las cosas que el Gobierno tiene, más o menos, clara es el dibujo necesario para trazar el diseño del nuevo mapa bancario español. Sin embargo, para llevarlo a la práctica, la prioridad sería encontrar una rápida solución para Bankia que es el verdadero gran problema.
En estos medios se recuerda que una de las pocas referencias concretas que Mariano Rajoy incluyó en su discurso de investidura fue el compromiso de completar el trabajo en seis meses.
A partir de aquí, los especialistas de salón que comentan la jugada, dan por seguro que el recorte no va a diferir mucho de aquello que puedan soportar hasta el límite los fondos propios del Santander, La Caixa y el BBVA, únicos lugares en los que se pueden colgar una o varias entidades averiadas con cierta garantía de éxito.
Y así comienzan las quinielas sobre el papel que cada uno de los grandes está llamado a jugar en el baile.
Es aquí donde vuelve a aparecer Bankia como gran obstáculo por el posible quebranto que tendría en su contabilidad según estos emisores de rumores bien conocidas del entorno capitalino que también están convencidos de que el lugar donde termine colocado el banco que preside Rodrigo Rato determinará la orografía de este nuevo mapa financiero español.
De ahí que pocos crean en una fusión entre Bankia y La Caixa por mucho que la operación gustase por igual al presidente de la primera y a Fainé, el presidente de la segunda, que tienen una muy buena relación histórica.
El BBVA en proceso continuo de contracción del perímetro de su balance des de hace años, tendría que admitir un cambio de filosofía si llegara el caso. Pero el obstáculo podría ser, en opinión de estos comentaristas ociosos, que no parece fácil que FG, el presidente del banco que antaño fuera vasco, quiera compartir y ceder poder en la entidad resultante de esta fórmula.
En el caso del Santander, si la responsabilidad sobre Bankia cayera en el territorio del banco de Botín, una entidad con músculo y cerebro bancario suficiente, se iría a una integración rápida, casi una deglución rápida de la vieja Caja Madrid y lo satélites que se le han adherido.
Pero aún hay otro factor que considerar. Y es, por supuesto, el político. Lo que los barones territoriales del PP estén dispuestos a aceptar que les sea impuesto. Sobre todo, en un momento como este. Circunstancia que puede alejar de la mesa de estrategias una solución meramente técnica para el problema de Bankia.
El resultado electoral en el entorno de Almaraz refuerza a los partidos que han defendido…
En concreto, Miguel Ángel Gallardo y los suyos no llegan a los 20 parlamentarios: 18,…
El sondeo dibuja un cambio profundo en el mapa político extremeño respecto a los comicios…
El informe de Sanidad se basa en la Lista de Medicamentos Esenciales de la Organización…
El descenso de la participación se produce en las dos provincias extremeñas, aunque con distinta…
Se trata de una situación sin precedentes desde que existen registros instrumentales fiables, que arrancan…