El primer año de la recién estrenada legislatura de Mariano Rajoy, el cada vez más próximo 2012, cerrará con una contracción del 0,7% para una economía española golpeada por la caída del consumo interno, los recortes de gasto público y la falta de inversión extranjera. Un panorama poco favorable para cumplir los objetivos de déficit público con los que el presidente se ha comprometido.
Tan solo las exportaciones lograrán mantener el tipo en un ejercicio 2012 donde el resto de partidas del PIB muestran saldo negativo. Sin embargo, el crecimiento del 4,1% previsto para el cierre del próximo año en las ventas al exterior supone menos de la mitad del incremento del 9% de este 2011 que toca a su fin. Este es el pesimista pronóstico que el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB) ha dado a conocer hoy en Madrid.
Lorenzo Dávila, jefe de Investigación de IEB, ha defendido que la falta de recursos en muchas familias frenará el consumo interno en medio punto y rebajará la tasa de ahorro hasta el 17,4%, mientras que las restricciones que tanto el Gobierno como Bruselas y otros organismos puedan imponer a la administración pública resultarán en un recorte del gasto público del -4,5%. Un descenso que se dejará notar, sobre todo, en el sector de la construcción, donde la actividad productiva podría caer hasta un 8,5% más en 2012, según las previsiones del Instituto.
Como resultado de este panorama, Dávila vaticina “una severa recesión económica” en España que no será el único caballo de batalla del Ejecutivo popular. La que se ha convertido en una de las grandes haciendas del nuevo Gobierno, la reforma laboral, tendrá que enfrentarse a un paro que podría rozar un cuarto de la población activa. Según el informe de IEB, la tasa de paro podría alcanzar el 24,5% en caso de que los bancos mantengan cerrado el mercado de crédito y el coste de la deuda pública siga en ascenso.
A este último punto se refiere una de las pocas perspectivas optimistas del equipo de Dávila, que confía en que las subastas de liquidez a tres años del Banco Central Europeo inciten a los bancos a invertir más en deuda soberana de países como Italia y España e imponer así una tregua en los diferenciales entre los países de la Eurozona. Una ardua tarea en un escenario en que seguirán reinando la volatilidad y la falta de confianza, con vencimientos de deuda por 300.000 millones de euros como telón de fondo según los cálculos de IEB. La cifra se desglosa en 200.000 millones para sector financiero, 116.000 para las arcas públicas y los restantes 80.000 para compañías no financieras.
Es por este motivo que el experto cree que el cierre del crédito al que muchos achacan el estancamiento económico no verá su fin hasta 2013. Y entonces sólo si la banca europea hubiese conseguido alcanzar los ratios de solvencia exigidos por las normativas internacionales venideras. Unas reglas con los que será más fácil cumplir, según han señalado varios analistas en los últimos días, a la horquilla de interés obtenida por los bancos en las compras de deuda pública con el dinero ‘regalado’ por el BCE a tres años vista el pasado miércoles.
