Los problemas de las empresas de los Ruiz-Mateos han puesto en aprietos a siete autonomías. Y la causa no es otra que la cercanía de las elecciones, un hecho que ha elevado la implicación de algunos gobiernos autonómicos y ha acelerado las medidas para mantener el empleo de los 5.000 trabajadores de la familia jerezana. El objetivo es evitar una fuerte movilización que cambie la inclinación de la balanza.
La carrera electoral ha encontrado un nuevo frente en la crisis de las sociedades de los Ruiz-Mateos, aunque las comunidades más afectadas son aquellas que albergan las sedes de las empresas que han solicitado el concurso de acreedores. Estas autonomías son Madrid, Galicia, Andalucía, Extremadura, Castilla y León, Cataluña y Baleares. Sin embargo, no todas han tomado cartas en el asunto.
La primera en implicarse con los problemas de Clesa fue la Xunta de Galicia, que a través del Instituto Gallego de Promoción Económica (Igape) se comprometió a avalar el 60% de la deuda que mantiene la firma lechera con sus seis proveedores gallegos. Esta mora asciende a 3,7 millones de euros, y detrás de estos proveedores hay unos 500 ganaderos que llevan meses sin cobrar. Además, el consejero de Medio Ambiente, Javier Juárez, ratificó ayer la disposición del gobierno autonómico para buscar salidas que den “viabilidad a la planta de Caldas”.
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, aseguró a EL BOLETÍN que su Ejecutivo trabajaba para encontrar un ‘novio’ a Carcesa. Según indicó Vara, ha mantenido varias reuniones, tanto con la familia Ruiz-Mateos como con los representantes de los trabajadores, para acordar una salida a esta difícil situación, que pasaría por la entrada de un nuevo inversor.
Otra de las empresas que ha recibido ayudas es Quesería Menorquina, en Baleares.
La Federación Agroalimentaria de UGT ha reconocido que las administraciones autonómicas han mostrado colaboración para resolver los problemas de las empresas de los Ruiz-Mateos, aunque ha solicitado más implicación de la que se ha producido para mantener la producción y el empleo.
