La entidad financiera estadounidense American Express ha decidido poner en la calle a 550 de los 680 trabajadores que operan desde España, según han confirmado fuentes sindicales a EL BOLETÍN. Este recorte, que supone el 80% de la plantilla de Madrid, se enmarca dentro de un proceso de reestructuración de la empresa a escala global para optimizar su funcionamiento. La compañía de tarjetas de crédito asegura, no obstante, que la decisión final aún no se ha tomado.
El pasado miércoles la dirección de American Express tomó la decisión de cerrar el centro operativo de Madrid, uno de los dos únicos puntos de contacto con sus clientes europeos, junto al situado en Brighton. La inestabilidad de la actual situación económica, unida al aumento que ha experimentado el uso de la banca online, ha llevado al grupo norteamericano a plantearse una importante reestructuración para la que se tendría que realizar a escala global una recolocación de trabajadores y oficinas. Dentro de este proceso, la empresa ha decidido llevarse los puestos de trabajo del ‘call center’ de Madrid a las oficinas de Brighton (Reino Unido) y Argentina, en donde se establecería un único centro para los clientes de habla hispana.
Francisco López, secretario general de Comfia Madrid ha mostrado su descontento con la resolución de la firma financiera ya que cuando han avisado a los sindicatos “la decisión era ya casi irreversible”. También ha criticado el que no se hayan explorado soluciones alternativas para que esos puestos de trabajo se queden en España, “nos gustaría haber hablado con la Comunidad de Madrid para gestionar una alternativa como se ha hecho en otros casos”. A pesar de que la decisión parece estar ya tomada, los sindicatos han iniciado hoy un proceso de conversaciones con la empresa, a expensas de que ofrezcan unas soluciones que rebajen el daño.
Fuentes de American Express han querido matizar que la decisión final aún no se ha tomado, dado que “el plan todavía no se ha aprobado y queda negociar con los sindicatos”. Según estas mismas fuentes, hasta finales de este año, aproximadamente, el grupo estadounidense no tomará una decisión definitiva sobre el proceso adecuado para optimizar su rendimiento. De llevarse a cabo finalmente, la operación le costaría a la compañía unos 113 millones de dólares, pero se ahorraría unos 70 millones de dólares anuales a partir de 2012.
La noticia llega tan solo cinco días antes de que la entidad presente sus resultados empresariales relativos al ejercicio fiscal 2010, unas cuentas en las que, según un comunicado emitido hoy por la empresa, American Express ya ha reflejado esos gastos de reestructuración.
