La morosidad de los créditos concedidos por el sector financiero español alcanzó el 11,38% en noviembre (últimas cifras conocidas), un sexto máximo histórico consecutivo que se ha convertido en un dolor de cabeza para los bancos. Sin embargo, al mismo tiempo ha abierto una oportunidad de negocio para fondos buitre y cazadores de gangas que, a precios de derribo, se están haciendo con estos créditos fallidos en vistas a una ganancia futura.
El último ejemplo que se ha conocido es paradigmático. Esta misma semana Liberbank anunció la venta a Cerberus Capital Management una cartera de 574 millones de euros de activos fallidos de particulares y pymes, que incluye también contratos de su filial Banco de Castilla-La Mancha.
La cartera está formada por créditos y préstamos sin garantías, descuentos de efectos y tarjetas en situación fallida, según comunicó a la CNMV y el precio de la operación se fijó en el 3,7% del nominal (21,3 millones de euros). Es decir, Cerberus compró los créditos con un descuento del 96,3%.
El caso de Liberbank no es una excepción. Una de las entidades más activa en este sentido ha sido Bankia, que desde la llegada de Goirigolzarri no ha escatimado esfuerzos para sanear el balance. El pasado verano, el banco ya realizó una operación similar al vender una cartera de créditos fallidos a dos fondos extranjeros especializados en la gestión de cobros.
Según comunicó entonces la entidad, se vendió una cartera de créditos de consumo de particulares al noruego Aktiv Kapital, y otra de pymes al luxemburgués Oko Investments. Bankia, que logró 800 millones con esta operación, detalló que la cartera era de 127.000 créditos, con una antigüedad media de cinco años. En torno al 80% de los mismos procedían de clientes particulares.
Sólo unos meses después Bankia cerró la venta de otra cartera de créditos fallidos con un valor de 126 millones de euros y compuesta por 16.000 contratos al grupo noruego Aktiv Kapital, especializado en la gestión de cobros.
En diciembre del año pasado, Banco Popular anunció una plusvalía de 48 millones de euros con la venta de una cartera de créditos fallidos sin garantía por un importe de 1.143 millones de euros. La entidad que preside Ángel Ron anunció la venta de esta cartera a un consorcio integrado por el grupo noruego Lindorff y fondos asesorados por AnaCap.
En la misma línea, el diario estadounidense Wall Street Journal publicaba hace una semana que el inversor inmobiliario Lone Star Funds se encontraba en negociaciones para adquirir a BBVA créditos hipotecarios fallidos por valor de 500 millones de euros a un descuento del 70%.
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