¿Qué fue de la tasa Tobin? Más de 250 economistas buscan rescatar la eterna promesa de la UE

Más de 250 economistas y académicos infunden fuerza a la propuesta en la previa del nuevo debate sobre el ansiado Impuesto a las Transacciones Financieras en Europa. Cuando se han superado los más de cuatro años de bloqueo en la Unión Europea sobre la implantación del Impuesto a las Transacciones Financieras en Europa (ITF) -la más conocida como la tasa Tobin-, más de 250 académicos y economistas han decidido rescatar esta promesa. Una medida con la que, como recuerdan,  se recaudarían 20.000 millones de euros al año.
 
Aprovechando la reunión informal previa al Ecofin que determine cuestiones clave en esta propuesta que se celebrará este 10 de octubre, los economistas y académicos de hasta 24 países recuerdan que Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España tienen esta famosa tasa Tobin sobre la mesa. Y aún sin definir y cerrar su futuro.
 
Un encuentro entre estos países europeos que llega con retraso después de que el ministro de finanzas austriaco, Joerg Schelling, asegurase que en septiembre se tomaría la “decisión final”. Algo que se ha ido demorando (hasta este 10 de octubre), según Schelling, por culpa de la falta de concreción de los expertos consultados por estos Estados sobre la resolución de cuestiones que rodean al asunto.
 
No obstante, la ansiada (aunque varios países europeos la rechazan) tasa Tobin viene con un retraso de más de cuatro años y que se ha convertido en una de las reivindicaciones más conocidas por parte de organizaciones antiglobalización como ATTAC. En este recorrido la propuesta ha ido perdiendo peso, incluso se ha deshinchado. Según iban pasando los meses, la fuerza con la que se inició ha ido quedándose por el camino. Por ello, los más de 250 expertos buscan insuflar aire.
 
En su opinión, la tasa Tobin sería una buena fuente de ingresos que podría repercutir favorablemente a la creación de empleo y a la protección de servicios públicos, además de financiar lalucha contra la pobreza y bienes públicos globales como la salud, tanto fuera como dentro de Europa. A pesar de estos objetivos, el origen de la propuesta –creada por James Tobin en la década de los 70- tenía como fin frenar la volatilidad de los mercados cambiarios internacionales. “Esto disuade a los especuladores ya que muchos inversores invierten su dinero en moneda extranjera a muy corto plazo por lo que tendrían que pagar el impuesto muchas veces”, explicó su creador.
 
 Un impuesto que, como recuerdan los expertos que han firmado la carta dirigida a los líderes de finanzas europeos, fue acogido de buena manera por la Comisión Europea, que incluso llegó a hablar de cifras: se aplicaría un gravamen del 0,1% sobre la compra y venta de acciones y bonos, y otro del 0,01% a la de los productos derivados.
 
Por el momento, este 10 de octubre la tasa Tobin tiene un nuevo ‘round’ en el que su futuro está más en juego que nunca. Y desde España los economistas Joaquín Estefanía, Carlos Berzosa, Domingo Carbajo, José Moisés Martín, Miguel Otero Iglesias y Federico Steinberg, junto a sus compañeros firmantes de otros países, buscan dar un nuevo impulso.