Nombres como Thomas Piketty o el actual premio Nobel de Economía protagonizan una carta dirigida a los líderes mundiales recordándoles que estos entramados “carecen de un propósito económico útil”. “Los paraísos fiscales no aportan ningún valor al bienestar o la riqueza global, puesto que carecen de un propósito económico útil”. Con esta contundente afirmación, más de 300 economistas de 30 países distintos han declarado la ‘guerra’ a los paraísos fiscales. Una argumentación que han incluido en una carta a los líderes mundiales para que se ponga punto y final a la opacidad financiera que facilitan estos lugares de fiscalidad especial.
Economistas de los cinco continentes, vencedores del premio Nobel de Economía, ex economistas jefes del FMI y profesores de las más prestigiosas universidades, entre otros, han firmado la misiva para elevar la presión sobre los dirigentes mundiales que se reunirán este jueves en Londres para debatir sobre la corrupción.
Nombres como Thomas Piketty, Angus Deaton, actual premio Nobel de Economía, Jeff Sachs, asesor de Ban Ki-moon, Olivier Blanchard, anterior economista jefe del FMI o José Moisés Martin Carretero, miembro de Economistas Frente a la Crisis, entre otros, no han faltado en la firma de la carta que ha dirigido Oxfam Intermón.
“Como economistas, tenemos opiniones muy distintas sobre cuáles son los tipos impositivos más convenientes, ya sean directos o indirectos, para las personas físicas o para las empresas. Sin embargo, coincidimos en que estos paraísos fiscales, que permiten ocultar activos mediante empresas pantalla o trasladar los beneficios de empresas que no operan en su territorio, distorsionan el funcionamiento de la economía global”, han recalcado los expertos.
El impacto de los ‘papeles de Panamá’ ha servido para levantar armas contra este tipo de evasión fiscal, pero también para centrar la mirada a esos Estados que han fomentado o permitido la existencia de esos paraísos fiscales. “No están ahí porque sí. Las Islas Vírgenes Británicas no se convirtieron en un paraíso fiscal y de secretismo bancario por sí solas. Estos paraísos son resultado de elecciones deliberadas de importantes Gobiernos, principalmente el Reino Unido y los Estados Unidos, con la colaboración de importantes instituciones financieras, contables y legales que mueven el dinero”, ha denunciado Sachs.
Un cerco que quieren estrechar al entender que son los contribuyentes y la desigualdad los más perjudicados de esta ingeniería fiscal que se esconde detrás de los paraísos fiscales. Pero es sobre los países pobres donde más repercute esta evasión, según los economistas. Los cerca de 170.000 millones de dólares de pérdidas por estas prácticas sirven de apoyo para la afirmación de los expertos.
La apuesta es total: “Los paraísos fiscales amenazan el Estado de derecho”. Es por ello que exigen un compromiso de los gobiernos para frenar esa amenaza que “alimenta la corrupción” con una serie de medidas concretas: nuevos acuerdos internacionales que elaboren reportes sobre estos asuntos y que se centre país por país con un acceso público, así como registros públicos de los propietarios efectivos de todas las empresas y fondos que mantengan relación alguna con estos países de menor presión tributaria.







