La Comisión Europea ha afirmado que llevará a cabo “una evaluación completa de la situación presupuestaria de España en mayo”. Se veía venir. Esa ha sido la primera reacción que ha salido desde la Comisión Europea al conocer los datos del déficit español. El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha reconocido que el anuncio de Cristóbal Montoro ha confirmado las “preocupaciones” de Bruselas sobre la “trayectoria presupuestaria”.
Inquietud que ya sobrevolaba el pasado octubre y que manifestó en más de una ocasión el propio comisario. La respuesta del Gobierno español fue ponerse a la defensiva: el PP acusó al exministro socialista francés de usar el caso español como estratagema política. Y a pesar de los avisos en Bruselas recibían un mensaje concreto desde España: el crecimiento y la evolución de los ingresos permitirían cumplir el objetivo (aunque la desviación podía alcanzar hasta el 4,5% en 2015 –tres décimas más de lo marcado por la UE-, nunca hasta el 5,16% actual).
Por eso, visto los datos, la Comisión Europea ya ha anunciado que llevará a cabo “una evaluación completa de la situación presupuestaria de España en mayo”, una vez que la oficina estadística comunitaria, Eurostat, publique los datos definitivos del déficit de los Estados miembro a finales de abril.
Mientras tanto, Bruselas mantiene abierto su expediente a España por superar de manera sostenida el máximo del 3% del déficit del PIB que marca la legislación europea, que en última instancia puede derivar en multas equivalentes al 0,2 % de su PIB si el país no actúa para reducirlo.
La nota positiva que ha destacado Moscovici han sido los esfuerzos del Ejecutivo español para frenar esa desviación presupuestaria, “en particular a nivel regional”. Por ello, el anuncio de Montoro de activar la “regla de gasto” para que las comunidades no aumenten sus gastos ha gustado en la capital belga.







