“En contraste con el pasado reciente, el BCE está ahora frente a los shocks globales, que son mucho más difíciles de tratar”, señala Bank of America Merrill Lynch. La reunión del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) que se celebrará en marzo ha despertado muchas expectativas después de que el propio presidente de la institución, Mario Draghi, anunciase que podrían aprobarse nuevas medidas de estímulo. Sin embargo, cada vez son más las voces que se muestran escépticas sobre la capacidad que tendrá el banco central de influir en los mercados.
La última, la de los analistas de Bank of America Merrill Lynch, que argumentan la reunión del BCE de marzo podría ser el más difícil en los últimos años, al tiempo que la mayor flexibilización con la que se especula “podría ser incapaz de tener un impacto sostenido en el mercado” en la situación actual.
“En contraste con el pasado reciente, el BCE está ahora frente a los shocks globales, que son mucho más difíciles de tratar”. “El BCE tiene que mirar más allá, pero no esperamos que lo haga”, consideran los expertos del banco estadounidense, que consideran que “los mercados podrían estar decepcionados”.
Las políticas de los bancos centrales, como ocurre con casi todas las políticas económicas, son más eficaces cuando se dirigen directamente a la causa de un problema en lugar de a sus síntomas, señala Bank of America. Además, las perturbaciones internas son “más fáciles” de tratar que los shocks globales, que a menudo van más allá del control de cualquier banco central específico, con excepción en algunos casos de la Fed.
Persuadir a los mercados de la voluntad y la capacidad de hacer lo que se necesita para cumplir con los objetivos de política también es clave para el éxito de la política del banco central, pero es más fácil hacerlo si te diriges a perturbaciones internas.
En ese sentido, Bank of America espera que el euro siga debilitándose a la espera de la reunión del BCE, mientras en la Bolsa continúa el mercado bajista y los inversores se posicionan para más medidas de flexibilización. El banco de inversión estadounidense también augura que Draghi “hará todo lo posible para evitar otra decepción del mercado” como la de diciembre, pero considera que “más de lo mismo no será suficiente para compensar los shocks globales que han estado conduciendo al euro este año”.
Actualmente, el BCE compra mensualmente 60.000 millones de euros en activos dentro de su programa de flexibilización cuantitativa (QE), lanzado en enero de 2015. En diciembre, la institución intensificó sus esfuerzos prolongado el programa de compras y recortando la tasa de depósitos (la que cobra a los bancos por depositar el dinero en la hucha del BCE) hasta el -0,3%.
El mercado espera ahora que en la reunión de marzo se anuncien nuevas medidas, que podrían ir encaminadas a una nueva rebaja en la tasa de depósitos o a una expansión del QE.
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