La OCDE plantea medidas para obligar a las grandes multinacionales a tributar en los países en los que generan sus ganancias. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha presentado este lunes en París un plan de 15 puntos contra la evasión fiscal. El organismo cierra así su proyecto contra la erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (BEPS, en inglés): todo un plan de ataque para aplacar las trampas fiscales de las grandes multinacionales.
El objetivo es simple: acabar con los vacíos legales que facilitan la reducción de cargas fiscales a corporaciones como Apple, Amazon, Google o Starbucks. De momento, el paquete de propuestas será presentado este jueves a los ministros de finanzas del G-20, que participarán en la reunión anual de Lima.
Y es que la OCDE estima que la evasión asciende a entre el 4 y el 10% de la recaudación mundial por impuesto de sociedades, lo que supone una pérdida de entre el 100.000 y 240.000 millones de dólares anuales. El problema es claro: las corporaciones globales tienden a hacer grandes ganancias, pero optan por declarar sus beneficios en países de baja tributación, con vistas a evitar el pago de impuestos sobre la renta.
La intención de la OCDE y el G-20 queda, por tanto, en recaudar más impuestos. Para ello, por ejemplo, este plan BEPS unificará los criterios de determinación de precios por transferencia. Con esta medida se impedirá que se trasladen los beneficios a países con menos tributación.
Con todo, se espera que la OCDE consiga desviar la declaración de beneficios hacia los países en los que verdaderamente se crea el valor.
De momento, la efectividad de las medidas queda pendiente de probarse. Aunque el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, ya asegura que “las medidas suponen para el derecho fiscal internacional la mayor transformación desde hace casi un siglo”.